Pat Metheny tenía apenas 15 años cuando conoció a Jim Hall. Fue en The Guitar, el club en el que que éste tocaba habitualmente. En aquel momento, Hall era ya un artista consagrado que había tocado con alguno de los más grandes como Bill Evans, Sonny Rollins o Ella Fitzgerald y estaba alcanzando un estatus reservado a los más grandes como revolucionario de la guitarra en una música como era el jazz en el que nunca estuvo entre los instrumentos estrella. De hecho, muchos consideran a Hall como uno de los cuatro pilares del jazz para guitarra junto con Django Reinhardt, Charlie Christian y Wes Montgomery. Además de su labor como intérprete, Hall destaca como compositor y no sólo en el ámbito de la guitarra sino en el orquestal habiendo escrito varias obras para ese formato obteniendo importantes reconocimientos en ese campo.
Todos conocemos ya la gran capacidad para asociarse con otros artistas de Pat Metheny pero Jim Hall con su decena larga de discos en solitario frente a los más de 150 firmados junto a otros músicos, demuestra que también en ese aspecto iba por delante de todos. Era solo cuestión de tiempo que los caminos de ambos se cruzasen de nuevo, esta vez dentro de un ámbito profesional y no como músico y seguidor y eso ocurrió en 1990, en el JVC Jazz Festival en Nueva York al que Hall invitaría, entre otros a John Scofield y al propio Metheny. Es curioso porque algo después de aquello, Scofield ofrecería a Pat Metheny grabar con él un trabajo a dúo para su sello de entonces: Blue Note (Hablamos tiempo atrás en el blog del resultado de esa colaboración: “I Can See Your House from Here”) y lo mismo iba a suceder con Jim Hall. Tras el festival, Hall y Metheny comenzaron a dar conciertos juntos y unos años después, ambos grabarían juntos para el sello de Jim (años más tarde el trabajo sería reeditado en Nonesuch, el sello de Metheny). El disco, firmado sencillamente como “Jim Hall & Pat Metheny” iba a contener una serie de dúos de guitarra con Metheny sonando en el canal derecho del estéreo y Hall en el izquierdo, algo similar a lo que pasaba en el mencionado trabajo de Metheny y Scofield.
En su colaboración Hall y Metheny iban a mezclar temas en directo con otros grabados en estudio, composiciones propias con otras ajenas y piezas ya existentes con improvisaciones. En total, 17 temas con Hall a la guitarra eléctrica y Metheny alternando esta con la acústica, con una guitarra clásica sin trastes y con su inseparable “Pikasso guitar”.
Hall y Metheny frente a frente.
“Lookin' Up” - Una composición de Jim Hall es la que abre el trabajo y la elección no puede ser más acertada puesto que nos parece una pieza perfecta para el estilo de ambos artistas. Metheny aporta un ligero aire de bossa nova por detrás mientras Hall, con un fraseo nítido, nos deleita con su buen hacer.
“All the Things You Are” - Primera pieza en directo del disco. Se trata de una versión de una pieza del musical “Very Warm for May” del dúo Oscar Hammerstein II / Jerome Kern en la que ambos guitarristas no se limitan a ejecutar la partitura sino que la estiran y enriquecen a cada compás. Exquisito.
“The Birds and the Bees” - Uno de los alumnos aventajados de Jim Hall en su etapa como profesor fue el violinista y guitarrista de origen húngaro Attila Zoller. También fue él la persona que llevó al aún adolescente Metheny a ver el concierto de Hall en el que ambos se conocieron. Aquí los dos guitarristas le rinden tributo interpretando una de sus piezas más conocidas, también en directo.
“Improvisation No.1” - Hasta un total de cinco improvisaciones se recogen en el disco. La primera de ellas apenas supera el minuto de duración y recae principalmente en Metheny con un Hall apoyando puntualmente durante el desarrollo del tema.
“Falling Grace” - El bajista Steve Swallow es el autor de la siguiente pieza del programa. Swallow había tocado con Hall en los primeros sesenta y con Metheny a mediados de los noventa y los dos guitarristas buscaron una forma de homenajearle incluyendo esta gran composición en su trabajo conjunto.
“Ballad Z” - Pasamos ahora a la primera pieza escrita por Metheny en el disco: un tema lento e intimista de esos que adornan su carrera y que suelen brillar especialmente cuando aparecen en discos como este, a dúo con otro colega.
“Summertime” - Pocos estándares tan estándar como este de la ópera de George Gershwin “Porgy and Bess” y pocas interpretaciones del mismo tan interesantes como esta. Lo que en origen era una balada se convierte aquí en un tema intenso y rápido catapultado por el ritmo de la guitarra acústica de Metheny sobre la que Hall interpreta la parte melódica. Una versión extraordinaria que merece la pena conocer por lo que tiene de diferente y por el valor añadido que le da el ser interpretada en directo.
“Farmer's Trust” - Continuamos con una versión de una pieza de Pat Metheny y Lyle Mays aparecida originalmente en el doble disco en directo del Pat Metheny Group, “Travels”. Tanto Hall como Metheny están realmente inspirados en esta grabación, también procedente de uno de los conciertos del dúo.
“Cold Spring” - El “set” de tres piezas en directo concluye con este tema de Jim Hall en el que, de nuevo, Metheny cumple una función de apoyo y Hall carga con el peso de la melodía. Con todo, es un dueto magnífico en el que ambos artistas mezclan a la perfección.
“Improvisation No.2” - La segunda improvisación es tan breve como la primera pero ahí se acaban las similitudes. En este caso se trata de una arriesgada muestra de “free jazz” en la que Metheny explora todos los sonidos que puede sacar de su “Pikasso” en un corte tan experimental como extraño.
“Into the Dream” - Sigue Metheny con su guitarra “Pikasso” para interpretar este corte de su disco “Imaginary Day”. La versión podría ser una especie de desarrollo más coherente del tema anterior y enlaza con otra improvisación.
“Improvisation No.3” - En este caso, los dos artistas se dejan de experimentos y nos regalan una preciosa balada de sabor clásico. Un tiempo lento de esos que hay que paladear largo tiempo para sacarle todo el jugo.
“Waiting to Dance” - Continuando con el mismo estado de ánimo del corte anterior llega la siguiente pieza compuesta por Jim Hall. Y decimos compuesta por Hall porque es lo que pone en los créditos aunque lo cierto es que en este tipo de registros, sin acompañamiento de otros instrumentistas, las maneras de componer de Hall y de Metheny no siempre son fáciles de identificar.
“Improvisation No.4” - Regresamos a las improvisaciones y con ellas a un cierto grado de riesgo. Metheny se atreve con la guitarra sin trastes y desafía a Hall a un duelo del que no sacamos un ganador claro aunque sí un par de minutos de florituras realmente curiosas.
“Improvisation No.5” - El último tema de estudio del disco es también la última improvisación y, quizá, la mejor de todas. Una pieza fragil y muy inspirada que nos deja con ganas de mas.
“All Across the City” - Cierra el trabajo otro tema de Jim Hall interpretado por el dúo en directo. Como ocurre con todo el disco, una pieza preciosa interpretada de forma inmejorable por los dos guitarristas. Un cierre de altura para un trabajo que obtuvo críticas realmente buenas.
Pese a que en 1999 Pat Metheny era una super-estrella del jazz, el enfoque de este disco no podía ser otro que el clásico de “alumno se enfrenta a maestro”. Jim Hall fue un guitarrista tremendamente influyente y Metheny es, en muchos sentidos, uno de sus más claros discípulos. No tuvieron mucho contacto en los primeros años de la carrera de Pat pero los estilos de ambos tienen tantas similitudes que resulta imposible no ver a uno en la forma de interpretar del otro. De hecho, sería muy difícil distinguir quién toca cada parte en este disco de no figurar en los créditos quién toca en un canal y quién lo hace en el otro. Esta afinidad contrasta con lo diferente que es su música más allá de la guitarra. Tanto las orquestaciones de Hall como los trabajos de Metheny con sus diferentes grupos no pueden ser más distintos entre sí pero aquí, guitarra frente a guitarra, sin artificios de ningún tipo, los dos músicos se comportan como almas gemelas.
Es posible que este no sea un disco para todo el mundo. Si ya el jazz no es una música en la que se entre fácilmente, cuando son sólo dos guitarras las que se enfrentan, el público que puede disfrutarlo a la primera es aún menor. Sin embargo, si os gusta el instrumento y no os retrae la perspectiva de pasar hora y cuarto escuchando a dos guitarristas de jazz, creemos que es una audición más que recomendable.
Como despedida os dejamos este magnífico episodio del programa Legends of Jazz en el que coincidieron, precismente, Hall y Metheny: