El mítico guitarrista y el ex-Take That han protagonizado la noticia cachonda de la semana. Ambas estrellas, vecinos casa con casa, llevan tiempo enemistados desde que Williams decidió construir una piscina en el sótano de su mansión y Page lo denunció argumentando que la obra tendría "consecuencias catastróficas" en la estructura de su hogar, un viejo caserón de la era victoriana. El asunto llegó a los tribunales, Robbie ganó el caso y tiene autorización para proceder su nuevo capricho.
Sin embargo, parece que el rencor sigue ahí y, según la prensa inglesa, el Consejo de Kensington y Chelsea -barriada de las criaturas- ha recibido una queja por escrito firmada por un misterioso "Johnny". En ella, se argumenta que Williams atormenta a diario a Page pinchando interminables sesiones a volumen 11 con Deep Purple, Black Sabbath y Pink Floyd. Por si fuera poco, el cantante se pasea por casa vestido a modo de impersonator de Robert Plant, "con una peluca de pelo largo y una almohada debajo de la camisa a modo de barriga cervecera" (!!!???).
De ser todo ello cierto se demuestra mi sospecha de que, además de un cerebro chamuscado por las drogas, bajo la piel del bufón de Robbie Williams hay alma de rock n' roller. We let you entertain us!