Es una lástima que un músico como Joan Valent se prodigue tan poco en la publicación de discos porque hablamos de uno de los compositores más interesantes de los últimos 25 años en España. Autor de decenas de bandas sonoras y de una obra en formato clásico que merecería de una mayor difusión, apenas nos ha dejado un puñado de discos con intervalos entre ellos que alcanzan los ocho años, como es el caso de su último trabajo que comentaremos hoy aquí. Conocimos a Valent con el cambio de siglo gracias a dos discos maravillosos como fueron “Ars” y “Ensems” y tenemos que reconocer que le perdimos la pista hasta hace apenas un par de años, cuando cayó en nuestras manos el primer volumen de lo que promete ser una trilogía: “Poetic Logbook”.
El compositor mallorquín tiene ya una larga trayectoria como músico de cine (se especializó en esa modalidad durante sus estudios en los Estados Unidos) pero en los últimos tiempos trata de alejarse un poco de ese mundo para centrarse en su obra propia limitando su participación en películas a proyectos que le atraigan especialmente. Coincide en el tiempo este cambio de perspectiva con el regreso a su Algaida natal tras unos años en los que residió en México, el país de su esposa. En 2019 publicó “Poetic Logbook” para Deutsche Grammophon, dato no menor y que siempre se suele destacar en su biografía porque, no en vano, es el único compositor español vivo que publica en el prestigioso sello alemán.
En este cuaderno de bitácora, Valent hace un viaje imaginario por distintos puertos de mar intercalando cada uno de ellos con poemas musicados de Pons Ponç, Cesare Pavese, Dylan Thomas, Pedro Salinas o Robert Graves (además de un texto propio). La interpretación corre a cargo de su propio “Ensemble” que le ha acompañado en todas sus grabaciones previas, con la presencia muy destacada de la soprano María Planas.
“Punta Campanella” - El viaje comienza en la Costa Amalfitana con una “chacona” para violín solo de la que escucharemos diferentes variaciones en cada uno de los puertos que iremos visitando. La pieza es exquisita y tiene todo el sentido la elección de la forma ya que la “chacona” es una forma musical que nació en España (quizá como evolución de un ritmo importado desde América) y se extendió por toda Europa lo que encaja con el espíritu viajero del disco.
“Areia Escrita” - La primera intervención de María Planas nos remite inmediatamente a las piezas para soprano que Valent incluyó en sus primeros trabajos, con un inconfundible aire mediterráneo en su melodía. El poema al que Valent pone música es obra de Pons Ponç y podemos dividir la canción en dos partes en función del acompañamiento instrumental. Más sutil al principio con las cuerdas pellizcadas y mucho más abrumador en la segunda mitad.
“Verrà la morte e avrà i tuoi occhi” - Cesare Pavese es el siguiente autor en ver convertidos su versos en música. En este caso a través de una balada preciosa de un dramatismo creciente en el que destaca la voz de María Planas que dota a la pieza de una intensidad que marca la diferencia entre sencillamente “ejecutar” o “interpretar”.
“Swansea” - El segundo puerto es es lugar de nacimiento de Dylan Thomas y en él nos recibe la primera variación del tema inicial. Esta vez es el “ensemble” el que introduce la composición en un “adagio” muy reflexivo que desemboca en el solo de violonchelo más tarde acompañado por el violín. Una pieza delicadísima que está entre las mejores del disco.
“Do not go gentle into that good night” - Esta vez es el piano el encargado de abrir la pieza con un ostinato que se repite una y otra vez hasta la irrupción de la voz de María. Se va sumando poco a poco el resto del grupo con parte de las cuerdas repitiendo el tema de piano y las demás construyendo un bello colchón sonoro que crece poco a poco hasta hacerse con el control absoluto del tema. Un gran tema maravilosamente bien construido. Dylan Thomas es el autor del poema escogido en esta ocasión enlazando con el lugar al que nos trajo la marea en el corte anterior.
“De Sentir” - En los primeros discos de Joan Valent, la percusión tenía una presencia bastante importante pero en este “Poetic Logbook” se hace esperar. Eso sí, cuando aparece lo hace de una forma magistral en la introducción de la pieza. En realidad, este “De sentir” es una nueva versión de una pieza sobre un texto propio que ya aparecía en “Ars”, el primer disco de Valent aunque aquí el arreglo es ligeramente más lento y tal vez con un punto de dramatismo más acentuado que en el original.
“Porto Antico” - La siguiente escala se produce en el puerto de Génova desde el que Ramón Llull partió hacia Túnez en el que sería su último viaje. En esta ocasión la variación del tema que abre el disco es más cercana al mismo aunque ejecutada por el violonchelo en lugar del violín en su comienzo. El resto de los músicos se unen después en la que podría ser la versión definitiva de la composición ya que roza la perfección en todos los aspectos.
“Serás Amor” - Llegamos al primero de los dos poemas de Pedro Salinas seleccionados por Valent para el disco. En consonancia con el tema del mismo la música es romántica pero también contenida con las cuerdas ejecutando largas notas que se superponen unas a otras en el tiempo. Hay quien ha visto un cierto minimalismo en la música de Valent que nosotros no terminamos de ver pero sí encontramos cierta relación con las obras más meditativas de compositores de lo que se ha dado en llamar “minimalismo sacro”, especialmente en esas cuerdas que hemos podido escuchar en muchas obras de Henryk Gorecki. La segunda parte del tema cambia de ritmo hacia uno más dinámico para terminar de forma brillante.
“Si me llamaras” - Segundo texto de Pedro Salinas acompañado en esta ocasión de una partitura luminosa con algún elemento repetitivo que no consigue evitar la aparición de la melodía que surge radiante como la luz al llegar a un claro en un bosque cerrado. De los momentos más emocionantes del disco.
“Porto Cristo” - Con la tercera variación del tema central regresamos a Mallorca. Es una revisión muy diferente con el violonchelo como gran protagonista en el principio y un brillante duo con el violín en la parte intermedia culminada por el piano en el cierre. Una preciosidad a la que el resto de músicos asiste como sin querer molestar.
“I'd die for you” - Robert Graves es el autor del último poema del trabajo. Volvemos al tono grave con ciertas reminiscencias de Arvo Pärt en esta ocasión, especialmente en la larga introducción instrumental que puede recordar al “Canto en memoria de Benjamin Britten” del estonio.
“Puerto de las nieves” - El viaje termina en Gran Canaria con la cuarta y última variación del tema central protagonizada ahora por el piano interpretado por Iván Martín. Al principio escuchamos la melodía principal pero a cada repetición vamos asistiendo a una serie de nuevas variaciones dentro de la variación con un aire “bachiano”. Un muy buen final para un muy buen disco.
La crítica ha metido a veces a Valent dentro de esa generación de compositores “neoclásicos” a la que pertenecerían Max Richter, Olafur Arnalds o Johann Johannsson por poner solo tres ejemplos. La comparación es interesante pero no terminamos de estar de acuerdo puesto que, en nuestra opinión, la música de Valent está más influida por el folclore mediterráneo que por el minimalismo y, en cierto modo, tiene un componente melódico más natural, una inspiración que tiene más que ver con el carácter latino que con la precisión y exactitud de los artistas mencionados. Intentaremos ponernos al día con trabajos anteriores de Valent así como repasar los discos con los que le conocimos que, más tarde o más temprano, tendrán que aparecer por aquí.