Ilustración de Pablo Calahorra
Confieso mi admiración por la obra y el pensamiento de Joaquín Costa, un político, jurista, economista e historiador español, el mayor representante del movimiento intelectual decimonónico español conocido como "regeneracionismo", cuyas propuestas sirvieron en su día para propugnar y sustentar un proceso evolutivo que ha desembocado en lo que ahora conocemos como "sociedad del bienestar".Quizás no valoramos la suerte que tenemos de ser habitantes de un continente, Europa, en el que más se ha avanzado en ese "Estado de bienestar". Sin llegar a ser pleno, en Europa ha cristalizado un sistema de valores que combina un concepto individualista de la dignidad del ser humano y una idea compasiva de la convivencia. Por eso ahora los europeos consideran intolerable lo que en otras partes (dese un país africano hasta, por ejemplo, un suburbio de Nueva York) se tolera. Quizás por esto a muchos nos solivianta asistir al proceso de desmantelamiento actual, tras la ruptura por la derecha del pacto histórico que hizo posible introducir reformas sociales como catalizadoras de los movimientos revolucionarios.
Joaquín Costa ayudó a configurar un sistema en el que, además de política, eran necesarios los principios morales. Acuñó la fórmula "escuela y despensa", luchó contra el caciquismo, la corrupción, la miseria, la Justicia inoperante, los enfrentamientos territoriales, tratando de superar el pesimismo que se instaló en España tras la debacle del 98. No vivió lo suficiente para sus ideas materializadas, pero los distintos regímenes que tuvo España el pasado siglo se inspiraron en algunas de sus tésis, desde las grandes obras de infraestructuras acometidas por Primo de Rivera en los años 20, hasta los gobiernos socialdemócratas de los años 80 y 90.
Comprenderán la satisfacción que me produjo leer ayer, en El País, el artículo "Las lecciones de Joaquín Costa", escrito por Gabriel Jackson, un historiador estadounidense cuya tésis doctoral, escrita entre 1959 y 1952, consistió en un estudio de la carrera intelectual y política de Joaquín Costa. Recomiendo encarecidamente la lectura de este artículo, que termina diciendo:
"Lo que hoy nos falta son capitalistas, financieros y líderes políticos tan comprometidos con las necesidades económicas del conjunto de la población como con su propia y acomodada condición. Creo que Joaquín Costa es uno de los españoles que más ha contribuido a ese concepto de Estado de bienestar que hoy en día se está socavando deliberadamente".