Joaquín Oreña, Yo tuve la suerte
porque ahora que pasó el tiempo
y tal vez ya soy alguien diferenteme doy cuenta que tu mirada
me hizo ir más allá
sufrir e involucrarse
gritar en silencioy pensar en el mar
cuando dormías conmigo
estabas tan calmate acariciaba el pelo
y vos
recibías todo eso
sin ninguna restricción
¿te dabas cuenta
confundida entre tus sueñoscómo mirarse así la piel
significa finalmente conocer?
yo
de esa manerame constituí
mientras vos tenías los párpados cerrados
y viendo como subía y bajaba suave tu vientrea la par de nuestras imperfecciones
sentí para siempre
el misterio que nos conecta con la respiración
Atlántico
desde el otro lado del atlántico
parecen verse muy diferentes
quizás todavía no lo sepa con precisión
pero creo que cada día que pasaen este viaje
me hace bien
por las noches
abandono el cuarto del hotely simplemente decido
salir a caminar
como si en este punto
pequeño y preciso de mi vidadescubriese
que me alcanza sólo con ver
cómo las personas
transitan aquello que les toca
en el fondo
todos creemos parecernos un poco
a un marinero atrapado
en alta mar
y el divisar una estrella distante
que con su misterio y su luz
permite darnos cuentade nuestra propia soledad
no fuese lo único
que nos obliga a posar la mirada
en el cielo
porque a veces es bueno saber
que el infierno particularque cada uno de nosotros porta en esta tierra
también puede estar vacío
Joaquín Oreña (Monte Quemado, Santiago del Estero, 1979), Una especie extraviada. Ediciones Viajero Insomne. Buenos Aires. 2014.