En su primera jugada los nervios le traicionaron y se botó el balón en el pie perdiéndolo. Trató de reponerse y en el siguiente ataque y subiendo el balón se encontró de frente a su ídolo. Corbalán, que le había reconocido, tuvo un increíble gesto y le dijo “Entra que te dejo”.¿¡¿¡Entra que te dejo!?!? Joaquín estaba desconcertado. ¿Sería verdad? ¿Se quería reír de él? El joven base se armó de valor y penetró con decisión hacia la canasta blanca. Su defensor, Corbalán, hizo un elegante pero inútil movimiento para cubrirle dejándole así anotar su primera canasta contra el Real Madrid.“¡Nunca me alegrado tanto de una derrota de mi equipo!” añadía Joaquín Ruíz Lorente para terminar su fantástica anécdota.