Seguimos nuestra ruta por Rajastán, cambiamos de ciudad, de color y de vibraciones. Desde la ciudad rosa de Jaipur nos vamos a la ciudad azul de Jodphur. Una ciudad que nos encantó y que tenemos entre nuestras favoritas!
Su color se debe a que antiguamente los sacerdotes brahmanes pintaban sus casas de azul. Esto poco a poco se fue extendiendo también entre la gente del pueblo, quien además de por estética, decían que el color servía para ahuyentar a los mosquitos y que mantenía las casas más frescas.
Jodphur es la segunda población más importante de Rajastán, aunque si te mueves solo por el casco antiguo te da la sensación de un pequeño pueblo. Todo gira en torno a la torre del reloj donde se encuentra el mercado de Sardar y desde donde te puedes perder por los bazares. Allí encontramos algunos de los mejores precios, pantalones o camisas por ejemplo a 100 Rps (menos de 1'5€) aunque también hay que decir que la calidad no era precisamente buena.
La gran mayoría de los hostels y guesthouse se encuentran aquí en el casco antiguo, y son muy baratos aunque ninguno para tirar cohetes. Nosotros nos quedamos en Royal Heritage Guesthouse, por unas 400 rupias la habitación doble, con baño dentro y ventilador. La habitación era un poco cuchitril pero bueno se te olvidaba en cuanto subías a la terraza a tomarte algo. Las vistas del Fuerte eran impresionantes, y desde luego podías pasarte un buen rato charlando y riéndote con Ali Baba que se pasaba todo el día atendiendo el restaurante.
Nos habíamos ido con cierto malestar, desconfiados y algo irascibles de Jaipur. Un sentimiento que deseábamos cambiar, pero que aún teníamos que procesar, algo que aquí es complicado cuando te están continuamente insistiendo por todo, e invaden tu intimidad como la cosa más natural del mundo. Sin embargo aunque no son excesivas las cosas que ver en Jodphur, y tres días pueden parecer mucho, encontramos en la ciudad azul los ingredientes necesarios para relajarnos y volver a cargar pilas.
Nuestros principales quehaceres diarios eran simplemente pasear por sus laberínticas y pintorescas calles y deleitarnos desde cualquier terraza con las vistas a su magnífico fuerte. Cada calle tenía algo especial, era una manera de ver la actividad diaria de su gente, envuelta en un color azul que a veces se veía roto por las coloridas ropas que colgaban de los balcones o por puertas en un tono verde, peldaños de color rosa o fachadas incluso de un amarillo desgastado.
Sobre el casco antiguo se alza sobre una colina a 125 metros, el imponente y infranqueable Fuerte de Mehrangarh. Hasta ahora ya habíamos visto varios fuertes, pero este era majestuoso. Las mismas paredes de la Fortaleza se fundían sobre la piedra de la colina. La subida parece más de los que es, pero callejeando se llega en un momento.
La entrada nos pareció un tanto excesiva, 400 rupias, pero una vez que estábamos allí y siendo la principal atracción de Jodphur no quisimos quedarnos fuera. Tengo que decir que según la Lonely Planet la entrada es gratuita y que solo se paga el museo que está en su interior, pero actualmente no es así. Ahora estábamos más desconfiados que nunca y nosotros no teníamos intención de museo, así que lo intentamos una y otra vez, pero no coló... Después de preguntar a otros extranjeros y ver que todo el mundo pagaba no nos quedó más remedio. Al menos el excesivo precio incluía una audioguía en varios idiomas.
Cinco enormes puertas dan entrada a la Fortaleza, situadas extratégicamente al doblar generalmente una esquina y llenas de pinchos para evitar los ataques a lomos de elefantes; balcones colgados que cuidaban exquisitamente cada detalle, y celosías a través de las que escondían a sus mujeres para no ser vistas.
En su interior aparte de la exposición de telas, armas y carruajes también se pueden ver los aposentos del maharajá que con esas bolas colgadas del techo nos recordaba casi a una fiesta de Fiebre de Sábado Noche.
Pero lo mejor de todo son las vistas que se obtienen del casco antiguo desde el Fuerte de Mehrangarh.
Y llegó la hora de partir hacia Udaipur donde celebraríamos el cumple de Guillermo, pero justo antes de la salida se nos planteó un dilema. Volver pasados unos días a Jodphur para hacer de extras en una película de Bollywood, en la que por cierto nos pagaban muy bien, 9000 rupias a los dos por tres días con comidas incluídas; o continuar el viaje como teníamos previsto en dirección opuesta y con parada en Orchha donde ya habíamos quedado para convivir con una familia india. Las dos cosas nos apetecían, pero lo de extras era a través del intermediario del dueño del guesthouse con lo cual no nos fiábamos mucho de dar la vuelta y que luego todo se hubiera quedado en palabras.
Creo que nuestro primer viaje en sleeperbus fue bastante determinante... Menuda noche que pasamos!!! Realmente solo hay 261 kilómetros pero nos tiramos toda la noche!!! Yo no sé si iba en zig-zag o es que no quería dejar ni un socabón en la carretera que probar... Guillermo acabó con algún que otro chichón en la cabeza y sin poder dormir de las sacudidas del bus y yo intentando agarrarme a él para no salir por la ventanilla. Aquí os dejo con un mini-video que grabamos a pocos minutos de subirnos, ya sabíamos que el viaje prometía jajajjaja
(Perdonar por la mala calidad, pero fue un vídeo bastante improvisado y con el móvil, así que no se puede pedir mucho...)
To be continued...
Precios orientativos en tuk-tuk :
- Desde la estación de trenes hasta el casco antiguo : 40 Rps- Desde el hostel hasta la parada de bus: 60 Rps
Artículos relacionados con este viaje :
1º Namaste India - Toma de contacto
2º Caótica Nueva Delhi
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4º Agra y el Taj Mahal, una historia de amor contada a medias
5º Las dos caras de Jaipur
6º Jodphur, la ciudad azul