A pesar de que se arrastra como un gusano ante el imperio americano, mendigando una foto o un gesto de aprecio, el presidente Joe Biden no perdona a Pedro Sánchez su alianza de gobierno con comunistas y antiguos terroristas y le humilla públicamente siempre que puede. La última visita de Sánchez a Washington, ideada por los estrategas de la Moncloa para realzar la imagen de líder internacional de Sánchez y ganar votos en España, ha sido un rosario de humillaciones y desprecios que la Moncloa no sabe como ocultar. Recibido en el aeropuerto por gente de segunda fila, entrevista con gestos despectivos de Biden y comparecencia ante la prensa en solitario, con un Biden que no quiere que se le vea en malas compañías. Esas humillaciones son más significativas porque se producen después de las generosas concesiones de Sánchez a Washington, entre las que sobresalen permiso para situar dos destructores más en la base de Rota y el compromiso para recibir en España inmigrantes que Estados Unidos rechace, Estados Unidos no ha concedido nada en firme, ni siquiera un compromiso serio para limpiar las tierras contaminadas de Palomares (Almería) por el accidente de un bombardero americano cargado de bombas atómicas. Tampoco hay compromiso para retirar los injustos aranceles norteamericanos a las aceitunas negras españolas. ---
Asqueado ante las mentiras oficiales españolas, que presentaban la visita de Sánchez a la Casa Blanca como un éxito total, yo sospechaba que esa afirmación era otra de las estafas del sanchismo al pueblo.
Me comía la curiosidad y no lograba entender por qué razón Biden, que es un tipo parecido a Sánchez en muchos aspectos, se dedicó a humillar al presidente español en su reciente visita. Por fin logré contactar con mi fuente fiable norteamericana, que es un antiguo investigador en geopolítica y geoestrategia mundial, vinculado a un think tank de Washington, ya jubilado, pero con valioso contactos en ese mundo,
Su respuesta ha sido clara y contundente: "Aquí nunca se le perdonará a Sánchez que gobierne con comunistas y terroristas".
Basta comparar el trato dado por Biden a las visitas de los jefes de gobierno de Alemania y Francia con el dispensado a Pedro Sánchez para descubrir que existe un potente y palpable desprecio al español.
Estados Unidos desprecia a Pedro Sánchez, un dato objetivo que la Moncloa y el PSOE intentan ocultar con la corrupta ayuda de los medios de comunicación comprados. La visita de Sánchez a Joe Biden, realizada de manera oportuna el mismo día que comenzaba en España la campaña electoral para las elecciones del 28 de febrero, fue un fracaso del presidente y no un éxito, como los mentirosos han contado a los españoles.
Me aseguran que Sánchez es un tipo mal querido en todos los estamentos del poder americano, empezando por el Pentágono y continuando por la Casa Blanca, la Secretaría de Estado y el poder mediático. Me dicen que su defensa de la democracia, cuando gobierna al lado de totalitarios y amparado por votos de enemigos de Estados Unidos y las libertades, suena a ridícula e indignante.
La animadversión de Estados Unidos hacia la España de Pedro Sánchez en un asunto tabú en los medios de prensa españoles, a pesar de que se percibe en todos los ámbitos de las relaciones, sobre todo en los aspectos de cooperación militar, en la diplomacia, en el trato de los grandes foros internacionales, en la colaboración entre los servicios de inteligencia, en la colaboración científica y en el mundo de los negocios.
España se dispone a adquirir mucho material militar "made in USA", sobre todo aviones cazabombarderos modernos, pero ni siquiera eso parece cambiar la implacable frialdad de Washington.
Francisco Rubiales