Revista Opinión

Joe Bonanno: La historia de un padrino (Parte I)

Publicado el 04 mayo 2019 por Carlosgu82

Joe Bonanno: La historia de un padrino

En los artículos anteriores nos centramos en la figura de Paul Castellano, y hoy le toca el turno a otro mafioso: Joseph Bonanno (1904-2002), uno de los “padrinos” más importantes en EEUU a lo largo de varias décadas del siglo XX. En 1999, cuando él aún vivía, Michel Poulette realizó un telefilm de dos capítulos basado en su biografía: “Bonanno: A godfather´s story”. Hoy comentaré la primera parte de esa producción.

Bonanno: A godfather´s story” Primera Parte

El siglo XX está a punto de concluir cuando el nonagenario Joseph Bonanno, uno de los pioneros de la Mafia en EEUU, regresa a su Sicilia natal y comienza a rememorar su vida…

En los años ´40 había ya hecho fortuna tras invertir en negocios legales los millones acumulados mediante el contrabando de alcohol durante la era de la Prohibición. Bonanno vivía con su mujer e hijos en una lujosa casa y era, a los ojos de sus vecinos, un respetable empresario. Era propietario de fábricas dedicadas al sector de la costura, mediaba en disputas y hacía favores a quienes se los pedían. Entre las formas ilícitas de lucrarse que continuaba practicando figuraban el juego y las apuestas amañadas. Un porcentaje de todas las ganancias iba a parar a las arcas de la Comisión de la Mafia, de la que él era el presidente. La Comisión funcionaba como la plana mayor de cada una de las cinco familias que se repartían los intereses de la Cosa Nostra en Nueva York.

El tesorero de la familia, quien debía guardar para la organización el dinero ganado, es seducido por una mujer que le convence de que financie su carrera como actriz. El tesorero emplea para ello parte de los fondos de la banda. Bonanno, al descubrirlo, lo condena al “destierro”, lo expulsa de la familia. Cuando el ex-tesorero regresa al territorio, pese a la explícita advertencia de no hacerlo, es asesinado y su cuerpo hecho desaparecer en un bloque de cemento.

Joe Bonanno tejió importantes contactos con altos exponentes de la política, a través de su socio mafioso Frank Costello, apodado en los bajos fondos “el primer ministro”. Conoció personalmente al presidente Roosevelt y contribuyó a financiar la campaña de su reelección.

Más adelante se presentaría un dilema en el que Bonanno fungiría de árbitro: El activista anarquista Carlo Tresca, fugitivo de la Italia fascista en Nueva York, dirigía un periódico desde el cual atacaba a un importante socio del subjefe de la familia Bonanno. Garafolo, el brazo derecho del padrino, insistía en que Tresca debía ser liquidado. Pero el consigliere Tartarella era simpatizante de Tresca. Bonanno, de claras tendencias antifascistas, se oponía a esa ejecución, pero teniendo en cuenta que Tresca podría volverse incómodo también para ellos, resolvió “lavarse las manos” como Pilatos; e indicarle a Garafolo que si decidía matar a Tresca ello sería exclusivamente su responsabilidad, y que nada tendría que ver con la “familia”. Carlo Tresca sería asesinado en 1943.

Durante la II Guerra Mundial, el encarcelado Lucky Luciano ofreció su colaboración a la inteligencia militar de los EEUU para garantizar la seguridad de las costas de Nueva York (los puertos estaban controlados por la Mafia). A cambio esperaba ser liberado o conseguir que le rebajaran la condena (por proxenetismo y tráfico de drogas). Además, cooperó con los aliados en Sicilia; tejiendo una red de saboteadores y guerrilleros que atacarían puntos estratégicos del régimen italiano con el fin de facilitar la invasión. Para ello, Lucky Luciano recurrió a Joe Bonanno, quien conservaba muchos contactos en Sicilia. Luciano no recibió de las autoridades la recompensa que esperaba: Fue deportado. A Bonanno, sin embargo, le concedieron la nacionalidad estadounidense.

Bonanno se marcha por un tiempo a Tucson, Arizona. En Nueva York está teniendo lugar un importante proceso contra la Mafia dirigido por el senador Kefauver. Allí sería llamado a declarar Frank Costello, entre otros destacados integrantes de la Cosa Nostra. Bill, el hijo adolescente de Bonanno, es detenido por tráfico de armas a México, pero pronto es liberado debido a las influencias del capo. Éste amonesta a su retoño, pero no por haber realizado actividades delictivas, sino por haber cometido delitos de poca categoría… Bonanno tiene planes más elevados para él: El crimen organizado de guante blanco. El joven Bill es puesto bajo la protección de Frank Labruzzo (cuñado de Joe y tío materno del chico), quien deberá instruirle en el funcionamiento de los negocios… Mientras tanto, Bonanno se dedica a garantizar que no haya problemas con los sindicatos del sector de la construcción, mediante sobornos e intimidaciones.

Bill pronto es iniciado como “hombre hecho” (miembro de la “familia”), y comienza una relación con Rosalie, sobrina de Joe Profaci – un aliado de su padre, y jefe de la familia que más adelante sería conocida como los Colombo.

Pero pronto Joe Bonanno cambia de opinión y decide retirar a su hijo de la Mafia. Ahora quiere que vuelva a Arizona y prosiga con sus estudios de derecho, alejado de los turbios negocios “familiares”…

(Continuará en un próximo artículo)


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