En el artículo anterior reseñé el primer capítulo del telefilm “Bonanno: A godfather´s story” (Michel Poulette, 1999). Hoy hablaré del argumento de la segunda entrega en la que (desde la perspectiva de la Mafia) se tematizan eventos históricos como la Revolución cubana y el magnicidio del Presidente Kennedy (en la imagen).
“Bonanno: A godfather´s story” – Segunda Parte
Tiempos turbulentos se ciernen sobre la Cosa Nostra neoyorkina: el temperamental Albert Anastasia ordena el asesinato de su jefe Vincent Mangano. Anastasia solicita ante la Comisión, presidida por Bonanno, ser considerado oficialmente como nuevo jefe de los Mangano. Anastasia es un aliado de Frank Costello, pero Vito Genovese y Gaetano Lucchese se oponen a él. Comienza una “guerra fría” en la que, una vez más, Bonanno debe ejercer como mediador. Los dos bandos asesinan a miembros de la facción rival. Frank Costello es tiroteado pero sobrevive.
A mediados de los años cincuenta, el negocio de las drogas se convierte en una de las actividades más rentables de la “nueva” Mafia. Jefes como Sam Giancana y Vito Genovese (quien también tuvo un rol en la invasión de Sicilia aunque eso no se menciona en el telefilm) comienzan a introducir grandes cantidades de heroína en los EEUU, producida en laboratorios clandestinos en Sicilia. Joe Bonanno, exponente de la Mafia más “tradicional”, se opone a ese negocio. Viaja a Sicilia para tratar de convencer a los jefes locales de que abandonen el narcotráfico, pero va dándose cuenta de que los tiempos han cambiado. Mientras está en Palermo, Bonanno se entera del asesinato de Albert Anastasia – tiroteado mientras le afeitaban en una barbería (Memorable resulta el simbólico montaje de las escenas, con Bonanno en la costa siciliana mirando al mar mientras al “otro lado” tirotean al mismo tiempo a Anastasia). Ahora, a la cabeza de la familia Mangano, es colocado Carlo Gambino; un aliado de Genovese y Lucchese (desde ese momento y hasta hoy, esa familia pasa a llamarse Gambino).
En 1957 tiene lugar el cónclave mafioso de Apalachin, en el estado de Nueva York, que es abortado por la policía. Se produce una gran redada. Bonanno no se hallaba presente, pero las consecuencias de las detenciones también le salpican a él. Es acusado de “obstrucción a la justicia”.
En 1958 el “sindicato del crimen” al que pertenecen la Mafia y gangsters como Meyer Lansky ve peligrar sus negocios en Cuba ante el avance de los rebeldes liderados por Fidel Castro. Bonanno y otros jerarcas de la criminalidad organizada se entrevistan con exponentes del régimen de Batista. Éste les pide a los mafiosos que intercedan con el gobierno de los EEUU para propiciar una invasión de Cuba (como en Sicilia); con el fin de evitar el ascenso al poder de Castro. Pero Bonanno piensa que el derrocamiento de Batista será inevitable y que tal vez sea posible continuar los negocios con el nuevo régimen (en lo segundo se equivocaba).
La Mafia contribuye a la financiación de la campaña presidencial de John F. Kennedy, pues el padre había ya colaborado con ellos en el pasado. Pero una vez JFK ocupa la Casa Blanca, él y su hermano Bobby interfieren en los negocios de importantes miembros de la Cosa Nostra; entre ellos Sam Giancana de Chicago, Carlo Marcello de Nueva Orleans y Santo Trafficante de Tampa. Se insinúa que ellos coordinaron el magnicidio de 1963, del que Bonanno no sabía nada. También ese año Joseph Valachi se convierte en el primer miembro de la Cosa Nostra en testificar contra la organización, revelando datos sobre su funcionamiento y estructura.
Cada vez más desencantado con el rumbo que estaba tomando la “nueva” Mafia, Bonanno empezó seriamente a pensar en retirarse. Además, una “guerra civil” estalló en el seno de la familia, con su primo Steve Magaddino tratando de hacerse con el poder. Magaddino contaba con el respaldo de los jefes de las otras familias. La insurrección acelera los planes de retirada de Bonanno, quien termina exiliándose definitivamente en Arizona…
(Continuará)