Musica Clasica Las Obras de Grandes Autores Compositores e Interpretes de la Historia de la Musica Culta Internacional.Vida y Obras, Videos, Musica y Critica de Otros precursores destacados del clasicismo: los hijos de Bach. Nada ejemplifica mejor el cambio que se operó en la transición del barroco al clasicismo que el gradual abandono de la técnica del contrapunto, y uno de los mejores exponentes de este cambio lo hallamos comparando las obras de Johann Sebastian Bach con las de sus hijos.
De la numerosa prole de Johann Sebastian Bach hay que destacar, en el terreno del concierto, que es el que nos ocupa, a dos de sus hijos: Karl Philipp Emanuel Bach (1714-1788) y Johann Christian Bach (1735-1782).
Como se observará por sus fechas de nacimiento, a pesar de ser hermanos, estos dos hijos de Bach se hallan separados por casi una generación, por lo que representan cada uno un estadio distinto de esta transición.
Si en el viejo Bach predomina aún el estilo contrapuntís-tico —por más que en sus conciertos haga un uso limitado de él, por sujetarse, como es evidente, al nuevo estilo de los compositores italianos—, en sus hijos no encontramos ya esa limitación, sino un enfoque radicalmente distinto.
En efecto, en los conciertos de Karl Philipp Emanuel Bach —que dejó una cincuentena de obras de este género— el lenguaje orquestal es ya claramente homofónico, es decir, con una melodía básica, que va pasando de modo sucesivo de la orquesta al solista, sin petjuicio de una seriedad de estilo (parquedad en las ornamentaciones, línea melódica más bien severa) que arranca aún del modo de componer del viejo Bach.
Mucho más evolucionados son, en cambio, los conciertos de Johann Christian Bach, cuya música es una de las mejores muestras del llamado estilo galante, un estilo que podemos comparar en lo musical con lo que en lo pictórico y escultórico llamamos rococó, en el que podemos percibir delicadas y abundantes ornamentaciones
Johann Christian Bach
cultivó con especial interés el concierto para instrumento de teclado y orquesta; este instrumento de teclado podía ser el tradicional clavecín, pero en las series que publicó con los números de opus 7 y opus 13 especificó que estos conciertos podían tocarse también con el piano, y sabemos de él que tuvo un constante interés en difundir las posibilidades sonoras del nuevo instrumento, el piano, entonces todavía rudimentario en sus recursos, pero ya bien definido en cuanto a su sonoridad, más vigorosa y expresiva que la del clavecín...
Apreciacion Musical: Los conciertos de Johann Christian Bach
Estos conciertos del menor de los Bach merecen que nos detengamos unos instantes en su análisis, pues son muy ilustrativos de las nuevas tendencias de la música en esta época, y porque la influencia de Johann Christian Bach, en este terreno, fue considerable, especialmente sobre Mozart, quien como niño conoció al menor de los Bach en Londres.
La voluntad de “resultar agradable», necesaria pata todo artista de! rococó, lleva a Johann Christian Bach a escribir la mayoría de sus conciertos en tono mayor, reservando el menor sólo para aquellos casos en que una pincelada melancólica deba empañar levemente el sereno cielo de sus creaciones musicales. Esta exigencia es la que lleva también al compositor a abandonar toda pretensión contrapuntística: la melodía reinará sobre un fondo transparente de una orquesta cuya misión es envolver al solista con pequeños elementos decorativos de exquisito buen gusto pero poca complicación.
La orquestación es extremadamente sencilla: cuerdas sólo para los conciertos del opus 1 (para clave, aunque se tocan con frecuencia al piano) y del opus 7. En los del opus 13 hay previstos también dos oboes y dos trompas, pero con la indicación (tan frecuente en el siglo XVIII en que el concepto de instrumentación apenas si había empezado a nacer) de que puede prescindirse de ellos (ad libitum). Hay algún caso de instrumentación más rica, pero pertenece a la parte no publicada de sus obras...
Johann Christian Bach sigue en los primeros movimientos el esquema de la llamada forma sonata, es decir, presentación de dos temas, repetición de éstos, breve desarrollo de al menos el primer tema y recapitulación, además del cambio de tonalidad habitual al presentar el segundo tema.Los segundos movimientos, casi siempre lentos, como mandaban entonces ya los cánones, suelen ser motivo para una sencilla expansión lírica del solista de cautivadora sencillez.
En los terceros también suele aparecer ya regularmente la forma de rondó establecida, y no es infrecuente que el compositor utilice algún tema popular de danza como tema fundamental, añadiéndole después una serie de variaciones...