Posiblemente la mayoría de ustedes no éste identificado con la serie de novelas publicadas por el escritor americano Edgar Rice Burroughs, llamadas Barsoom, que se desarrollan en el planeta Marte, lugar que será escenario de las aventuras del terrícola John Carter, nuestro héroe. Dentro de todas las historias incluidas en la susodicha novela, sobresale una en particular llamada La princesa de Marte, misma que sirve cómo eje argumentativo de esta adaptación cinematográfica que Disney aposto para que fuese un éxito. A esto le sumamos que el director escogido es ni más ni menos que el talentoso Andrew Stanton, responsable de esas joyas de Pixar tituladas Buscando a Nemo y WALL-E.
El caso de Stanton es similar al de Brad Bird, ya que ambos se dieron a conocer en el cine de animación, alcanzo éxito inmediato en Pixar, curiosamente ambos dieron el salto al cine “live” al mismo tiempo, pero en proyectos muy diferentes, aunque igual de arriesgados. Mientras que Bird tuvo un éxito avasallador con la cuarta entrega de Misión Imposible, la que mejores criticas y éxito en taquilla ha tenido de toda la franquicia, Stanton le toco el lado opuesto de la moneda, pues tanto crítica y público no han respondido tan favorablemente al épico filme de aventuras marcianas.
¿Tienen argumentos validos para repudiar a esta épica de Disney? Si, pero no creo que el trabajo de Stanton sea tan desafortunado cómo se han empeñado en señalar. El único problema, quizás el más importante, es que toda la mitología de las novelas es resumida en poco más de dos horas, por ello varios detalles quedan en el aire y pueden confundir al público, me incluyo. A parte de eso, hay ciertos momentos en la película que se notan faltos de ritmo y caen en el aburrimiento total, y esto en una historia de aventura es imperdonable. Para cuando las escenas más impresionantes llegan, el público ya no esta interesado en lo que estaba viendo, lo cual es preocupante.
Pero no todo es malo, afortunadamente en esta película hay varias cosas rescatables y que hacen la experiencia muy disfrutable, pese a los errores que señale. El apartado técnico es impecable, principalmente el visual, en donde no escatimaron en gastos y se nota en pantalla. Las criaturas y escenarios de Marte se ven realistas y maravillosos, logrando cautivar por momentos al visionado. El humor que Stanton le pone a ciertas escenas es muy refrescante y efectivo, inclusive va acorde con la historia misma. La elección de los protagonistas es al menos acertada, tanto Taylor Kitsch, dando vida a John Carter, cómo Lynn Collins, en la piel de la hermosísima princesa Dejah Thoris, tienen química y a pesar de no requerir un esfuerzo dramático importante, ambos cumplen a la perfección en sus roles.
Por lo demás, cómo mencione en el encabezado de la critica, basta decir que hay muchos altibajos, irregularidades. La música de Michael Giachinno, uno de los compositores de mayor talento en la actualidad, se nota muy distante y frívola, sin emoción. Lo mismo ocurre con los personajes secundarios, que no son pocos, que rodean a los protagonistas, mismos que carecen de alma alguna y de poca relevancia en el desenvolvimiento de la historia. El tramo final, el de la guerra, se nota muy precipitado y sin el sentimiento necesario para cerrar la travesía de nuestro héroe. De igual manera el villano, mejor dicho “los”, son efímeros y el peso dentro de la historia es nulo.
En cuanto a la historia misma, por si se están preguntado de que trata, es muy simple, pero Stanton la complicada en demasía. Un terrícola que es trasportado a Marte, donde se convierte en héroe y lucha para decidir el peso de la balanza en una guerra milenaria. Eso es todo. Claro que hay criaturas e historias que necesitan ser aclaradas al público, pero en realidad nunca se sienten creíbles ni mucho menos tan interesantes cómo la premisa inicial. Sin embargo, y a pesar de tantos altibajos, el desenlace de la historia es muy satisfactorio y logra rescatar, o al menos hacernos olvidar, todo lo malo que la película había tenido, para cuando finalmente llegan los créditos finales, te queda la sensación de que el viaje ha valido la pena, o al menos no te ha decepcionado tanto cómo parecía que iba a serlo. En definitiva, y para terminar esta crítica, John Carter no es una mala película, pero tampoco es todo lo buena que podría haber sido. Recomendable para la familia y para los que disfrutan del cine de aventuras, solo les pido un poco de paciencia.
★★★☆☆