Revista Cultura y Ocio

John Foxx and the Maths: futuro en el pasado

Por Poplebon

John Foxx and the Maths: futuro en el pasado

Después de cuatro años de colaboraciones y entregas instrumentales, Interplay da la bienvenida a uno de esos talentos que son pasados por alto cuando se habla de synth-pop. Y John Foxx no viene solo en esta ocasión sino que inicia colaboración con “Benge” Edwards. John Foxx and the Maths nos regalan 42 minutos de música donde no sobra nada. Interplay juega sin cargar con diferentes corrientes de la música electrónica, desde el electro al Krautrock de los años 70, destellos de Cabaret Voltaire o, cómo no, la alargada sobra de Ultravox.

Interplay se abre con Shatterproff, un tema turbio y amenazante que realiza funambulismo sobre bases de sintetizador. En una secuencia que recuerda a Kraftwerk, el tema es un viaje relámpago hacia el sonido clásico de aquellos teclados de hace tres décadas (o cuatro). El sonido se ilumina con Catwalk, una escalera arrogante y engreída que sube hasta Evergreen, que recoge ecos de los primeros Depeche Mode

Watching a Building On Fire es cantada a duo con la Ladytron Mira Aroya, un tema donde los teclados insinúan y conspiran a partes iguales. En Foxx siempre es más interesante la trama que el desenlace. El retorno al pasado llega cuando avanza la base de percusión de The Running Man: es entonces cuando Ultravox cruza el puente que separa el olvido de la memoria distorsionada y Foxx nos recuerda que quien tuvo retuvo y que después de su marcha, Ultravox nunca fue lo mismo.

Pero Interplay no es un viaje a la nostalgia sino que tiene un fino hilo que lo une a los anteriores trabajos de John Foxx. Etéreo, hipnótico e inspirado de principio a fin. La música de Foxx todavía suena futurista y –de la misma manera que su sonido- el artista ha sabido envejecer alejado del proxenetismo comercial que abandonó tras Metamatic.

El futuro está en Amazon.

 


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