Hola! Al hilo de lo que os comentaba ayer en mi reflexión sobre la madurez, a todos nos llega el momento de detenernos por un momento y cambiar nuestro rumbo para seguir creciendo como personas. En la industria de la moda, también vemos estas encrucijadas como la experimentada por el diseñador John Galliano, el maestro que ha estado detrás de firmas como Givenchy, Dior y ahora Maison Margiela.
A mi me encantaban sus colecciones y diseños y todo iba cómo la seda en Dior hasta que le despidieron por actitud inapropiada al estar bebido en un bar de París y lanzar insultos antisemitas. Parecía que ese iba a ser el fin de su carrera porque estuvo bastante tiempo sin levantar cabeza. Pero, ha regresado y con todo su estilo.
En la última colección que ha presentado en París el pasado mes de septiembre, que no es de alta costura sino la prêt-à porter (diseños para la calle) de Margiela para la Primavera del año que viene, disfrutamos de nuevo de su inmensa imaginación pregonando el estilo de los años 50 y oriental. Y para mi, personalmente, ha sido toda una fuente de inspiración. Desgraciadamente mi bolsillo no es lo suficientemente grande para tener un diseño de Galliano en mi armario, pero siempre puedo aprender de él para ir vestida de manera elegante y moderna.
Eso sí, Galliano es Galliano y sigue manteniendo ese punto de locura que siempre le ha caracterizado. Ha pasado por sus épocas de marinero colegiala, de hijo de Mary Poppins y el deshollinador, de torero folclórico, y ahora de mendigo. Y claro, al verle así con esas pintas, ¿cómo es posible que de su cabeza salgan esas creaciones tan espectaculares?
La verdad es que es en la Alta Costura de las Fashion Weeks donde se desata toda su pasión, y ahí, ya no me veo vestida con estas excentricidades, pero ¿quién se pone esto?
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Hasta mañana!!
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