Podemos decir sin temor a equivocarnos que estamos ante el lanzamiento más importante de las últimas décadas en cuanto a música de cine. Primero porque no existen, curiosamente, demasiadas grabaciones de John Williams dirigiendo una orquesta, a pesar de su prolífica actividad concertística. Segundo, por ese aterrizaje de la música de cine en la Wiener Musikverein y en el repertorio de la Filarmónica de Viena, no especialmente abierto a composiciones contemporáneas en general y desde luego, de música cinematográfica. Se dice incluso que, cuando se anunciaron los conciertos que se iban a celebrar en 2018 (y que se cancelaron debido a una gripe del compositor), las opiniones en el seno de la Filarmónica eran dispares en cuanto a abrirse a esta posibilidad. Y ni qué decir tiene que los sectores tradicionales de la crítica musical vieneses lanzaron el grito en el cielo.
© Terry Link, 2020
Pero se trata también de un regreso de la música de cine a sus raíces. Porque algunos de los grandes compositores de bandas sonoras de la época dorada de Hollywood provenían del Imperio Austro-húngaro: Max Steiner, Erich Wolfgang Korngold o Miklós Rózsa. Y John Williams fue uno de los introductores en los años setenta de una recuperación de la tradición sinfónica de la música de cine bebiendo de las fuentes musicales de estos grandes creadores. Por tanto, es quizás el músico más adecuado para abrir las puertas de la impracticable Wiener Musikverein a las bandas sonoras. Hay algunas crónicas espléndidas de estos dos conciertos, entre las que recomendamos la muy minuciosa que realiza Marian Schedenig en la web Celluloid Tunes. Pero nuestro análisis en este caso se limita a la grabación en directo y a la edición en audio en CD y en plataformas digitales. En cierto sentido, se trata de la culminación lógica de una serie de ediciones que ha venido realizando Deutsche Grammophon en estos dos últimos años: Celebrating John Williams (2019), con Gustavo Dudamel dirigiendo a Los Angeles Philharmonic Orchestra en el Walt Disney Concert Hall, es una recopilación muy detallada de los temas más conocidos de la carrera de John Williams, bajo la dirección del que es posiblemente uno de los mejores directores de orquesta del momento, el venezolano Gustavo Dudamel, que sabe extraer toda la espectacularidad a la música de John Williams. Across the stars (2019) es la edición discográfica de la violinista alemana Anne-Sophie Mutter que recoge arreglos realizados por el propio John Williams de algunas de sus bandas sonoras. Personalmente, no soy muy fanático de las interpretaciones que realiza la violinista, demasiado recargadas, con cierta tendencia al exhibicionismo. Si comparamos sus versiones de Un horizonte muy lejano (Ron Howard, 1992) o Sabrina (Sydney Pollack, 1995) con las que podemos escuchar a cargo de Itzhak Perlman en el álbum Cinema Serenade (1997, Sony Classical), las de éste son mucho más limpias y mucho más fieles. Por eso la relevancia de Anne-Sophie Mutter (convertida en una especie de fan que postea en redes sociales todos sus encuentros con el compositor) en un acontecimiento como el concierto de Viena resulta algo innecesaria, pero quizás impuesta por las reglas del merchandising. Posiblemente por la proximidad de la edición discográfica de Across the stars (2019, Deutsche Grammophon) casi todas las piezas interpretadas por la violinista han desaparecido de la edición discográfica (aunque están presentes en la edición Deluxe), quedando tan solo el tema "Devil's dance" de la película Las brujas de Eastwick (George Miller, 1987), que no se incluye de hecho en Across the stars, y que por tanto se convierte en un complemento añadido a aquella.© Terry Link, 2020
© Deutsche Grammophon, 2020
Pero la presencia de John Williams en la catedral de la música clásica nos devuelve la música de cine en concierto en su forma precisa, como uno de los hitos fundamentales de la música contemporánea. La interpretación de la Wiener Philharmoniker es magnífica, aunque hubiera que repetir algunos temas después del concierto para la grabación, que tiene un sonido espléndido, adaptado al formato Dolby Atmos. Entre los temas más destacados por la excelencia de su interpretación podemos citar "The fight of Neverland" de la película Hook (Steven Spielberg, 1991), un comienzo memorable que nos introduce con su romántico sinfonismo en una aventura de casi dos horas. También "Adventures on Earth" de E.T. El extraterrestre (Steven Spielberg, 1982), con ese diálogo entre las secciones de viento y cuerda que resulta complicado en su ejecución. Y el "Theme" de Parque Jurásico (Steven Spielberg, 1993), majestuoso, o la belleza de "Marion's Theme" de En busca del arca perdida (Steven Spielberg, 1982). Y por supuesto los dos últimos bises de los cuatro que se interpretaron: "Raider's March" e "Imperial March", de El imperio contraataca (Irvin Kershner, 1980), que según cuentan fue una petición expresa de los miembros de la sección de viento de la orquesta.
John Williams in Vienna es sin duda la edición más relevante en la música de cine que se editado en los últimos años.
© Terry Link, 2020