Revista Opinión

John Williams y la Lista de Schindler

Publicado el 17 junio 2018 por Carlosgu82

John Williams (Nueva York, 1932) es un afamado compositor y director de orquesta estadounidense conocido por haber compuesto en seis décadas las bandas sonoras más famosas de Hollywood.

Ganó el Oscar en cinco ocasiones por la música original de películas como  E.T. el extraterrestre (1982),  Star Wars (1977), Tiburón (1975) y La lista de Schindler (1993).

El quinto Oscar lo gano por la adaptación de El violinista en el tejado (1971).

La Guerra de las Galaxias fue elegida por el American Film Institute en 2005 como la Mejor banda sonora norteamericana de todos los tiempos. También ganó cuatro premios Globos de Oro.

Como suele ocurrir con los compositores de bandas sonoras, quizás su nombre no te suene, pero seguro que al haber mencionado estas películas empezamos a hacer memoria, ¿Verdad?.

También es el compositor de películas tan conocidas como Superman, Parque Jurásico, Home Alone y Harry Potter.

Comenzó sus estudios de piano a los siete años (Viniendo de un padre músico de Jazz, no es de sorprender), combinando dicho instrumento con el trombón, la trompeta y el clarinete.

Habiendo estudiado posteriormente en la escuela Julliard, no es de sorprender que haya sido compositor de, en mi opinión, las mejores bandas sonoras norteamericanas de la historia.

Pero de lo que yo quería hablar en concreto, es de la que, sin duda es, en mi modesta opinión, su mejor banda sonora: La lista de Schindler.

Su estilo ha sido siempre considerado como neo-romanticismo, y por lo tanto no es de extrañar que dicha música reciba influencias de autores como Wagner, o Strauss. He de decir que nunca me canso de escuchar esta banda sonora, y que me moleste en comprarme el disco original a pesar de tenerlo disponible en Streaming.

Lo más sorprendente de esta banda sonora, es como, de forma sencilla, consigue despertar sentimientos realmente tristes y dramáticos en quien la escucha. Yo personalmente no puedo contener la emoción cada vez que la escucho, pues es realmente triste, como no podía ser de otra forma, dado que acompaña a una película de temática histórica que es una de las vergüenzas de la humanidad: El holocausto judío.

Una de las cosas más sorprendentes de esta banda sonora, es cómo consigue transmitir los valores y, a la vez, la tristeza, que podemos observar en la película, sin la necesidad de estar viéndola en el momento de escucharla.

Williams utiliza elementos tan sencillos, tanto en la melodía principal como en las secundarias, como subidas o bajadas de octava, inversiones, retrogradaciones, o simplemente interpretar el mismo tema con diferentes instrumentos.

Tan solo con elementos como estos, el compositor consigue transmitirnos el horror y el dolor que sintieron las víctimas del holocausto y sus familiares supervivientes. Pero no solo eso, sino el horror que sentimos nosotros mismos ante semejante atrocidad.

Es difícil contener las lágrimas al escucharla, y me incluyo. Uno de los momentos más emotivos, es el clímax que Williams consigue en el tercer tema, Inmolation (with our lives, we give life). Utilizando la orquesta de fondo, y coros femeninos y masculinos combinados de forma magistral. Se consigue llegar a todo un estado de catarsis.

No obstante, también es magistral incluir piezas tradicionales de folklore judío, como Yerushalayim shel zahav (Jerusalem de oro).

En definitiva, una de las mejores bandas sonoras que escucharás en tu vida si le das una oportunidad.

No te arrepentirás.

Rafa Mateos

 


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