Ningún tema polarizó tanto la opinión pública esta semana como el nuevo contrato de Derek Carr. La mayoría no cree que Carr valga esos 125 millones de dólares por cinco años, sin embargo, tal vez deberíamos de tomar en cuenta que los Raiders también están pagando por algo que es intangible y no existen estadísticas para ello, la inteligencia y la ética laboral.
Para fomentar los cimientos de esta hipótesis vayamos hasta el 8 de mayo del 2014. Día en el que se celebró el Draft de la NFL y en el que los Cleveland Browns tomaron a Johnny Manziel con el pick 22 de la primera ronda, 13 jugadores antes de que los Raiders eligieran a Derek Carr.
La carta de presentación de ‘Johnny Fooball’, era un Trofeo Heisman, decenas de récords y galardones como QB colegial, era comparado con jugadores como Drew Brees y Brett Favre, Manziel lo tenía todo para ser la próxima estrella de la NFL, todo, menos inteligencia emocional y ética laboral.
Mientras Manziel era detenido por la policía por pelear con su novia, Carr aprendía de una derrota. Cuando Manziel fue visto en estado etílico en una fiesta días después de ser nombrado el QB titular de los Browns, Carr seguramente fue a estudiar a casa o a ver video de su equipo. Mientras Johnny mentía sobre su presencia en casinos a un día de disputar el último partido de la temporada; Derek Carr se dedicaba a trabajar y mejorar sus cualidades como líder de los Raiders.
Es obvio que las actuaciones de Carr en el terreno de juego son suficiente argumento para darle una cifra millonaria en este nuevo contrato, pero por un segundo piensen cuántos jugadores han destruido su carrera por no tener la inteligencia y ética laboral para aprovechar sus cualidades físicas. Sí, te estoy hablando a ti JaMarcus Russell.
Los Raiders no solo acaban de pagar por pases, yardas y triunfos, pagaron por un tipo que se aleja de los chismes, que es un buen líder para sus compañeros y que mentalmente es apto para soportar la presión y responsabilidad que gente como Manziel jamás logró asumir. Y que tiene mejor producción que otros QB seleccionados antes que él en el mismo Draft (como Blake Bortles o Teddy Bridgewater).
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