Islandia es un país con poco más de 300.000 habitantes, no suponiendo a priori un gran mercado para la venta de libros. Sin embargo, sus ciudadanos son auténticas ratas de biblioteca. Tiene uno de los índices más altos de libros per capita (3,5 por cada 1000 habitantes) y en el 2013, la mitad declaraba leer al menos 8 libros al año, aumentando el porcentaje al 92% si se incluía a todo el que había leído al menos uno. Incluso 1 de cada 10 publicaría un libro en su vida.
Por esto, no extraña que celebren el Jólabókaflóð. Pensareis: "Claro. Precisamente era esa la palabra que tenía en mente al conocer a un país tan ilustrado". Jólabókaflóð es una tradición, como no, islandesa que consiste en publicar la mayoría de libros nuevos en las semanas previas a la Navidad. Esta costumbre proviene de la época en la que las importaciones estaban restringidas por las leyes proclamadas en 1931. Desde entonces muchos productos importados tenían altos impuestos, por lo que el abanico de regalos disponibles no era tan amplio y un libro era la mejor opción.
A esto también se le podría añadir su propia cultura, por la que podían regalar libros a sus seres queridos y tener un tema de conversación en común. Los largos inviernos y la ausencia de televisión en julio (hasta 1983), o los jueves (hasta 1986), facilitaron que leer se convirtiera en una costumbre nacional.
La Asociación Editorial Islandesa publica anualmente un catálogo con los nuevos libros de ese año disponibles en el país, siendo enviado gratuitamente a las casas de todos los islandeses en la 47ª semana. Además el gobierno paga anualmente a los autores de ficción y literatura infantil. Sin embargo, el mercado de libros digitales islandés crece lentamente debido a que los libros electrónicos en inglés tienen un precio con el que los islandeses se ven incapaces de competir.
Dado que, según el barómetro del CIS de comienzos de año, una porción considerable de la población española no lee y que tampoco no es raro ir adoptando tradiciones extranjeras, como Halloween, no sería mala idea adquirir la costumbre de regalar libros. Son duraderos, portátiles, no se les gasta la batería y siempre podremos prestarlos o intercambiarlos.
Fuente:2seasagency,