GLITZ*, el canal especializado en moda, tendencias y estilo de vida, presentó ayer lunes el quinto episodio de Project Runway Latin America III, del cual resultó ganador el mexicano Jonathan Morales, quien tendrá inmunidad para el próximo reto, ayer también quedó fuera de la competencia el colombiano Salim.
La carta de presentación de Jonathan es completa en muchos sentidos. Estudió cursos de Sociología de Moda y Tendencias en Barcelona. Asegura que nació con el don de la creatividad y por ello es dueño de su marca homónima con la que ha presentado colecciones completas en las semanas de la moda mexicanas. Para definirse como un accesorio eligió unos zapatos muy altos que casi rompan el empeine.
Resumen:
Antecedente: Los diseñadores fueron llevados a Coyoacán para visitar la casa de Emilio “El Indio” Fernández, uno de los directores de cine más representativos de la época de oro del cine mexicano. Mientras ellos esperaban en sus camionetas para entrar a conocer el lugar, en el patio de la casa se preparaba la cantautora mexicana Ely Guerra, quien esperó a que ellos llegaran para interpretarles en vivo la canción “La Playa” totalmente en vivo, acompañada de su guitarra.
Reto: El mentor Jorge Duque, acompañado por Ely Guerra, les dio a conocer que tenían que inspirarse en la cantante Ely Guerra para confeccionar un atuendo que ella usaría en un concierto. Tuvieron 10 minutos para hablar, en grupo, con la cantante, 20 minutos para bocetar, y de ahí salieron a la tienda de telas Parisina (patrocinador). En la tienda tuvieron 20 minutos cada uno para elegir sus materiales.
Preparativos: Los diseñadores tuvieron un día para hacer la prenda, de manera individual. Debieron trabajar el total look, es decir, indicar también propuesta de peinado y maquillaje. El presupuesto fue de 150 dólares para cada uno.
¿Cómo se describió Ely ante los chicos?
Yo sólo visto de Julia y Renata, nunca he usado prendas en el escenario de otro diseñador. Esto es un reto singular porque soy exigente, no soy perfecta y lo último que busco es mostrar mi cuerpo en perfección.
En escena no puedo usar muchas cosas, uso una pedalera en vivo y por tanto no puedo tener grandes tacones, además de que la guitarra puede estropear la ropa en la parte del frente. Si es una pieza muy delicada me harán mostrar algo que no quiero.
En mi concierto tengo un momento muy tranquilo donde hago jazz y me puedo cambiar de ropa, es un momento sutil y orgánico. No uso micrófonos inalámbricos para cantar en mi concierto, me gustan los que tienen cable. Como pocos cantantes, me ocupo de mi voz.
Me gustan todos los colores, ahora ando rubia y no se cómo puedan justificarlo. Sientan esa libertad de color, uso de todo porque depende de mi estado de ánimo.
Si me describo en pocas palabras diría que soy intensa, soy bruja porque necesito de ingredientes para todo, soy cocinera y hago perfumes. Soy intensa, apasionada, honesta y no me gusta mentir. Me ven sofisticada porque lo he aprendido. Soy apegada a lo espiritual, ermitaña, no reventada y no disfruto salir.
Le perdí temor a mi cuerpo, he aprendido que así es y ya tengo 41 años. Nunca me he hecho pruebas para elegir un vestido.