Revista Coaching
El santo Joneyed acudió a La Meca vestido de mendigo.Estando allí, vio cómo un barbero afeitaba a un hombre rico. Al pedirle al barbero que le afeitara a él, el barbero dejó inmediatamente al hombre rico y se puso a afeitar a Joneyed. Y al acabar no quiso cobrarle. En realidad, lo que hizo fue dar además a Joneyed una limosna.Joneyed quedó tan impresionado que decidió dar al barbero todas las limosnas que pudiera recoger aquel día.Sucedió que un acaudalado peregrino se acercó a Joneyed y le entregó una bolsa de oro. Joneyed se fue aquella tarde a la barbería y ofreció el oró al barbero.Pero el barbero le gritó:- ¿Qué clase de santo eres?- ¿No te da vergüenza pretender pagar un servicio hecho con amor?A unos les cuesta saber dar y a otros les cuesta saber recibir … ¿cuándo fue la última vez que te permitiste recibir?Anthony de Mello