Jordi Cuxart Teres de Palafrugell cuenta la historia del pueblo
Palafrugell (mal denominada Palafurgell) es un municipio que cuenta con sólo 26 kilómetros cuadrados de superficie y donde habitan unas 20.000 personas. Se sitúa en un pasillo que va desde el Mediterráneo hasta la llanura bajo ampurdanesa. Hoy en día, el pueblo se conforma con distintos focos, desde los centros turísticos de Calella, Tamariu y Llafranc hasta su núcleo administrativo en el interior. Otro de los destacados es Llofriu, ubicado al pie de las Gavarres.
De acuerdo a lo que explica Jordi Cuxart Teres Palafrugell, las tierras que conforman este pueblo situado entre las estribaciones más orientales de las Gavarres y las famosas montañas de Begur, este sitio fue un lugar pantanoso desde tiempos inmemoriales, donde abundaba especialmente el agua, pero no había hábitats posibles para las personas. Sin embargo, hacia el siglo VI a.C. se establecía allí por primera vez un pequeño poblado ibérico, desde donde se controlaba el mar pero también se establecía un control de las tierras interiores. Era un pueblo que trabajaba de la agricultura y la ganadería pero, especialmente, de la pesca. También se desarrollaban otras actividades como el comercio con pueblos itálicos y griegos y la artesanía.
La llegada de los romanos
Uno de los puntos constitutivos de lo que luego sería la identidad de Palafrugell tuvo que ver con la llegada de los romanos a Empúries en el siglo II a.C. A partir de ese momento, el poblado de San Sebastián comenzó a sufrir un abandono en favor de Llafranc, que fue ocupado de forma permanente hasta el siglo IV d.C. Así, esta localidad pasó a convertirse en un centro importante de producción de alfarería y vino. Hoy en día, de acuerdo a lo que cuenta Jordi Cuxart Teres Palafurgell, este pueblo todavía conserva los vestigios de lo que fue una prensa de vino y una bodega importante que se convierten en interesantes patrimonios históricos de lo que es la historia del lugar.
El núcleo medieval
Ya hacia los siglos V y VI d.C., se desarrollaba una situación de inseguridad en el litoral. Lo que esto favoreció fue que se establecieran poblados en el interior. Así, surgieron distintos cascos, como fue el caso de Vila-seca, incorporado hoy al casco urbano. De acuerdo a historiadores, comenta Jordi Cuxart, se estima que Palafrugell, un nombre de origen antroponímico, nació como un lugar fortificado destinado a la defensa. En este sentido, se encuentran referencias antiguas, donde la primera de ellas aparece en un documento del año 988 que se conserva hoy en el Archivo de la Catedral de Girona, donde una mujer daba sus propiedades situadas en el Palau Frugell.
De estos datos se desprende la idea de que, seguramente, cuenta Jordi Cuxart Teres Palafrugell, hacia el siglo XIII se construía una primera muralla en una pequeña colina que limitaba estos poblados. Dentro de este espacio, en el centro, se encontraba la plaza de la Iglesia, que era la plaza pública del pueblo y lo fue hasta fines del siglo XVIII, cuando se construyó la plaza Nova. También estaba la iglesia de Sant Martí, edificada entre los años 993 y 1019, que era un templo parroquial mucho más pequeño de lo que es en la actualidad. Pero, además, aparecían otros hábitats fuera del centro amurallado.
El Rey Alfonso I el Casto
Hacia 1194, el rey Alfonso I el Casto, rey de Cataluña y Aragón, cedía los términos de Palafrugell y Mont-ras a la orden de los Caballeros del Santo Sepulcro. También, ya hacia 1250, cedía al Priorat de Santa Ana de Barcelona. El rol de esta institución eclesiástica fue muy importante debido a que, hasta las desamortizaciones de la Revolución Liberal, fue el principal señor de las tierras que conforman el municipio de Palafrugell actual.
En la actualidad casi no pueden verse los restos del pasado arquitectónico medieval de esta población, debido al paso del tiempo. Una vez terminada la guerra del Francés en 1816, se comenzaron las obras de demolición de las torres, cayendo la última en 1908. Hoy, lo que sí puede verse es el trazado irregular de las calles estrechas y de las calles remodeladas que se encuentran entre la plaza Nova y la iglesia de Sant Martí.