Jordi Evole ha manipulado las imágenes obtenidas en una granja porcina convirtiendo un reportaje sobre la cría del ganado, en todo un alegato contra la empres “El Pozo”, consiguiendo que tres empresas belgas dejen de adquirir estos productos. Resulta curioso por cuanto, lejos de un análisis profundo del sector, utilizó un sensacionalismo de perfil populista que perjudica a la empresa matriz y a uno de sus mejores clientes -Mercadona- modelo en el ámbito alimentario. Seguramente los trabajadores de la cárnica no piensan como el periodista transgresor, pues serían los primeros afectados en caso de que la producción o las ventas se vean significativamente mermadas, aunque, naturlamente, esto le preocupa poco al activista de “La Sexta” con unos ingresos -no publicados- entre uno y dos millones de euros al año. Por ese dinero casi me voy a vivir con los pobres gorrinos.