Nota: Aulicino
Folletería del viaje sobre la mesa
Volvés con anotadores, folletos y lapiceras
Que por un tiempo descansan sobre una mesa
Junto a los antiácidos, una llave y las aspirinas.
Has dicho palabras formales e informales
En los encuentros de turismo cultural.
Pero, como sabés, tu trabajo consiste en
Acechar el destino del grillo que cayó
Sobre tu toalla y saltó detrás del canasto de mimbre.
Por este trabajo te obsequian viajes, blocs y
Direcciones de correo electrónico.
Nota: Adúriz
Habrás visto a Kitano como samurai ciego.
El Apocalipsis sustituido por la quietud.
Porque ya sabés, entre los grandes guerreros
el combate es una eterna asechanza.
Ninguno es capaz de prever completamente
el movimiento del otro, que será mortal,
y por eso esperan, el sable detenido
en medio de una figura imaginaria.
¿El universo nos ofrece, entonces, esto, querido Javier?
¿Una única oportunidad y una larga reflexión?
Te pido me perdones, porque he ido y venido
En una epopeya maniática.
La humanidad que parece un vasto programa
Me extravió en sus circuitos repetitivos.
Rindo el sable a tus pies.
Su filo ha podido cortar tu chal en el aire.
Me entrego a tu vastedad.
Y no he podido comprender.
Jorge Aulicino (Buenos Aires, 1949), Máquina de faro. Ediciones Del Dock. Buenos Aires. 2006.