Hoy no habrá que inventar excusas demasiado rebuscadas para no despegar la nariz de la tele. “Juegan Brasil y Portugal, cariño; van a ser nuestros rivales en octavos”. Se puede añadir incluso una leve referencia al patriótico deber de estar atento por si acaso a Del Bosque se le pasa algún detalle. No será el caso, pero puede que cuele.
A las 16.00, Portugal se mide a Costa de Marfil en un partido clave para la suerte de ambas selecciones. Porque si los lusos generan expectativas, lo mismo se puede decir de los marfileños, por mucho que el estado físico de Drogba sea una incógnita. Parece de locos que pueda jugar tan sólo 10 días después de romperse un brazo, pero esto es un Mundial, señores, aquí no hay dolor. Enfrente, el futbolista sin abuela y, por desgracia para él, seguramente también sin equipo. Pobre Cristiano, qué añito lleva.
Brasil puede ser la previa perfecta a la película de la noche. Comienza a las 20.30 con la gran atracción de Kaká, alias El Mundialista (o mundialisto para algún habitual de Valdebebas), del que, dicen, está como un toro. Como para no estarlo. De todas formas, no se espera gran cosa de la canarinha, con ese Dunga tan cuadriculado, un tipo al que no le importa dejar en el banquillo a Dani Alves o ignorar el campañón de Marcelo. Llenará el campo de fornidos mediocentros y se encomendará al Mundialista y al mejorfutbolistadelmundo.
PD: La jornada se abre con un Nueva Zelanda-Eslovaquia. Consejo: no gastar ninguna vida para ver este partido.
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