Revista En Femenino

Jornada intensiva…puede, pero no a cambio de nada

Por Mamás_besos @mama_besos

escuela reloj

De manera cíclica, al aproximarse el epicentro de cada curso escolar se abre nuevamente el debate de la jornada intensiva en todas aquellas escuelas donde todavía persiste el horario partido.

Jornada escolar y jornada laboral son dos conceptos que deberían ir cogidos de la mano, pero como ya sabéis, eso parece estar a años luz en este país. Pero no por ello se debe dejar de luchar por conseguir que algun día (y espero que no sea muy lejano) ser madre/padre, trabajar y tener hijos no sea tan difícil.

Para mí, conciliación laboral-familiar no es llevarse el hijo al Congreso o reducir la baja por maternidad. Conciliación laboral-familiar significa poder destinar más tiempo a nuestros hijos y que el trabajar no sea un enorme obstáculo para tener hijos y para poder atenderlos más allá de dejarlos a la puerta del cole a las nueve de la mañana y recogerlos a la canguro a las ocho de la noche.

Pero se veía venir. La táctica les está funcionando. Reduce el horario de tarde y todo caerá por su propio peso. Tal y como está pasando. Si con el horario de 9h a 12h y de 15h a 17h la gran mayoría de padres renegaba de una posible jornada intensiva, ahora, con un horario de 9h a 12,30h y de 15h a 16,30h ha sido cuestión de tiempo que los padres soltemos eso de “vaya rollo tener que volver al cole para una hora y media“. Desde mi punto de vista nos han manipulado y hemos caído de cuatro patas. Jornada intensiva para las escuelas sin tocar el horario de los padres. Jaque, mate. Todo redondo. Mejores horarios para los maestros (que no digo que no deban serlo) y ahorro para la Administración (luz, calefacción, etc). Y los padres que trabajan, que se espavilen.

Dependiendo de la situación familiar y laboral de cada familia, la cuestión de la jornada escolar obtiene diferentes respuestas. Tener abuelos cerca, más o menos dinero, estar en el paro o trabajar, son los principales factores que pueden hacer que los padres prefieran optar por una opción u otra.

Pero seamos realistas, la jornada que nos están vendiendo, de 9h a 14h, es anti horario para los niños y sólo beneficia a un colectivo reducido (funcionarios, empleados de banca, padres en paro y poco más). Y ojo, que yo pertenezco a este grupo. ¿Cómo se podría incrementar el ratio de familias beneficiadas por estos horarios? No es cuestión de dificultad sinó de voluntad. De voluntad para sacar leyes que regulen el horario comercial y de las empresas.

El otro día leí en un medio de comunicación la mejor propuesta que he leído nunca en relación a la jornada intensiva, tanto para colegios como para institutos. Se basa en estas cuatro premisas:

1.Horario escolar de 9h a 12,30h y de 13,30h a 15h.

2.Almuerzo: de 12,30h a 13:30h. Los niños comen de 12,30h a 13;30h (ya sea en casa, servicio de comedor o fiambrera). Más becas comedor, precios más asequibles (pensad que con este  horario podrían tener más clientes las empresas de catering y bajar precios) y adaptar las escuelas a la fiambrera (¿por qué no?). Si somos capaces de adaptarnos a un cambio de horario por qué no se pueden adaptar las escuelas al uso de fiambrera. Querer es poder, os lo digo.

fiambrera

Ya hay escuelas, como la Montesori, donde todos los alumnos deben quedarse a comer en la escuela. Pensadlo, no crea desigualdades. Por mucho que nos queramos engañar, a nuestros hijos, les gustaría irse a comer a casa como ven que hacen los otros niños de su clase, y muchos de ellos, sobretodo los más pequeños, lo pasan mal y se sienten mal al ver que a ellos no les viene a buscar papá o mamá para irse a comer. Extendiendo el servicio de comedor a todos los alumnos se acaba con esta “injusticia”, acortamos el tiempo libre del mediodía, ganando mucho tiempo libre por la tarde con los niños ya comidos, y lo más importante, en un horario “digno”.

3. Extraescolares a partir de las 15h. Con estos horarios las extraescolares no mueren, ya que podrían empezar a las 15h y acabar las 18h, porque los niños a las 15h ya estarían comidos. Con el horario de 9h a 14h, después de darle de comer en casa, supongo que cada vez serían menos las familias que llevarían a sus hijos nuevamente al colegio para hacer alguna extraescolar después de comer. Y si desaparecen las extraescolares, ¿cómo se apañarán los padres que trabajan hasta últimas horas de la tarde?. Y sin extraescolares, ¿cuántos niños se pasarán la tarde delante de la televisión?

4. Reforma horaria laboral. Paralelamente el gobierno tendría que aprobar una ley regulando los horarios comerciales y de empresas, hasta las 18h (ya se antepone que hay profesiones donde ésto es imposible, pero así ampliaríamos el número de familias que se podrían beneficiar de un horario intensivo en las escuelas).

La solución no es cambiar sólo el horario de los colegios, no nos engañemos, suena a que beneficia más a los profesores que al conjunto de las familias. La solución es hacer una reforma horaria no sólo en las escuelas sinó en todos sitios. Y que todos aceptemos que si cierran las tiendas a las 18h no se acaba el mundo.

Hasta el momento han realizado pruebas piloto del horario intensivo en determinadas escuelas de Catalunya y sólo he escuchado buenas opiniones de los profesores (para mí no objetivas) y de aquellas familias donde uno de sus miembros no trabaja o tienen super-abuelos al lado de casa. Los padres dicen que los niños pequeños se adaptan al nuevo horario (con dos desayunos). Aunque hagan dos desayunos, ¿niños de 2-3 años sin comer hasta las 14,30h? sí, después comerán y harán una buena siesta dejando tranquilitos a los padres un par de horas por la tarde, pero, ¿a qué hora meriendan? o ¿se saltan esa comida? y, a ¿qué hora cenan? No, a mi no me acaba de convencer, sobretodo cuando no paro de oir a padres quejarse que los adolescentes de los institutos llegan muertos de hambre a las 15h a casa.

¿Rinden más los niños de 9h a 14h? este horario hace años que está implantado en varias comunidades autónomas españolas y segun los dos únicos estudios que se han publicado hasta día de hoy, uno de la Universidad de Santiago de Compostela y otro de Sevilla, no está demostrado que aumente el rendimiento escolar de los alumnos.

He reflexionado mucho sobre el asunto y, definitivamente, la única propuesta que me haría ver con buenos ojos la reforma horaria de los colegios es la que hoy os he expuesto. Puede sonar a utopía, pero recordad, este mundo está lleno de utopías que se han hecho realidad.

Miremos más allá y no nos conformemos con las migajas. ¡Cosas más difíciles se han conseguido! y el fin, lo vale…y mucho.

Jornada intensiva…puede, pero no a cambio de nada

– “Queremos más horas de clase en la escuela”
– “Queremos más horas de padres en casa”


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