Revista Cultura y Ocio
Cuando comencé a escribir estas líneas —hace ya meses— me decía que no era frecuente hablar de un libro de poemas que no había aparecido aún; pero que empezaba a resultar familiar costumbre que se había repetido el conocer los versos de un poeta tan esmerado como José Antonio Zambrano en un lugar tan propicio como Zafra. En aquella ocasión, estuvimos menos lectores íntimos que en la anterior; y fue una lectura portentosa de un libro excelente. Yo ya no hablaba del libro; sino del acto. Si algún lector de poesía o cercano a la lectura de la poesía, hubiese asistido aquella mañana al diálogo, los requiebros, la lectura seria y rodeada de silencio y atención, de José Antonio Zambrano, estoy seguro de que habría estado escribiendo o sintiendo Ahora como en ese momento yo sentí. «Para que nadie hable / del color del silencio. / Para que nadie diga / soy capaz de nombrarlo. / Para que nunca nadie / me busque en otros sitios. / Para saber que acaso / el tiempo sea la vida, / miro, busco y advierto / que este país de asombros / es una vasta selva, / donde cualquier lugar / está en los labios / y no besar es confundir su historia». No sé si añadir algo más a este recuerdo de la publicación de uno de los libros de poesía principales de este año. Bueno, sí, creo que voy a añadir algo. Ahora merece la atención de una lectura, de varias, que son las que yo tengo que hacer para comprender un poco. Para que luego, al cabo del tiempo, me de cuenta de que fui sacando más a un libro así. Este viernes 22 se presenta en Zafra, precisamente, en muy buena compañía. La de Luciano Feria —que hizo el prólogo de esta edición de Pre-Textos—, la de Benito Estrella, que tantos años lleva de amistad con el escritor. Y, finalmente, la de mi hermano Josemari, que tan presente está en todo lo que en Zafra se hace sobre cultura y más. Los tres, junto a José Antonio Zambrano, están en la fotografía que puse aquí cuando se presentó otra de sus obras, hace ya más de cinco años. Yo quiero acudir para completar la lectura que yo he hecho de estos poemas que tanto expresan el espacio personal de alguien que se afana día a día en algo parecido a bruñir las palabras para encontrar una esencialidad a la vida.