Publica hoy José Apezarena en El Confidencial Digital un texto en su blog (¿Corre peligro el juez Ruz, instructor del caso Faisán?) que resulta de lo más inquietante, tanto por la prudencia probada del autor, como por las graves implicaciones institucionales que pone entre interrogantes.
Espero -sumándome a los deseos del firmante- que no suceda nada así.
La especie está circulando en algunos medios, y la mera posibilidad de que sea verdad produce escalofríos.
Según esas versiones, corre peligro la continuidad del juez Pablo Ruz, instructor del sumario del ‘caso Faisán’.
Resulta que el magistrado se encuentra en comisión de servicio en el juzgado de instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, sustituyendo al ausente Baltasar Garzón. Circunstancia que ha hecho posible la resurrección del sumario del ‘chivatazo’ a ETA, que dormía el sueño de los justos en un cajón.
La comisión de servicio debe ser renovada por el Consejo General del Poder Judicial en las próximas semanas, y han empezado a circular rumores de que, desde el entorno del Gobierno y con la ayuda de instituciones de seguridad, se está buscando debajo de las alfombras de Pablo Ruz para encontrar el menor resquicio que permita la no renovación de esa comisión de servicio.
Y es que, a resultas del redivivo ‘caso Faisán’, empieza a estar en juego nada menos que el destino político del todopoderoso y ‘presidenciable’ Alfredo Pérez Rubalcaba, y eso, por lo visto, son palabras muy mayores. Así que parece que cualquier procedimiento para removerlo, por las buenas o por las malas, serviría.
Espero que no suceda nada así. Espero que no ocurra.
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