Revista Cultura y Ocio

José de San Martín

Por Joaquintoledo

José de San Martín

José de San Martín nació el 25 de febrero de 1778 en la ciudad de Yapeyú, en la actual provincia de Corrientes de Argentina. De padres españoles, la familia estaba compuesta por cinco hijos, siendo José el menor de todos ellos. Cuando el niño tenía alrededor de tres años, todos se trasladaron a Buenos Aires y posteriormente a España, embarcando hacia Cádiz en diciembre de 1783, es decir, cuando el niño debía tener alrededor de seis. Se establecieron en la ciudad de Málaga. En la tierra de sus progenitores recibió una exquisita educación, y asistió al Real Seminario de Madrid así como a una Escuela de Málaga. Aprendió varios idiomas, artes, historia y ciencias. Lo más curioso de toda su vida, fue que empezó su carrera militar cuando tenía tan sólo once años de edad, en julio del año 1789. Se le enlistó como cadete en un Regimiento de Murcia. Pasó los siguientes años en el norte de África donde combatió a los moros, y más tarde también a los franceses.

Su carrera militar en los Ejércitos Realistas

Debido al estallido de la Revolución Francesa, la actividad para los ejércitos españoles se incrementó. Es por ello que San Martín enfrentó además a los ingleses, mientras que a la par ascendía de grado. Llegó a combatir en la Guerra de las Naranjas contra los portugueses en 1802, y también en Gibraltar y Cádiz, otra vez contra los británicos. En 1804 alcanzó el grado de capitán. Las derrotas en contra los anglosajones, hizo que España empiece a dudar acerca de su alianza con Francia. Fue en 1808, cuando las tropas napoleónicas invadieron el país y el propio rey Fernando VII fue hecho cautivo. Entonces es cuando España comienza una guerra por liberarse de los invasores galos. El gobierno provisional se estableció en Sevilla y más tarde en Cádiz. San Martín, en medio de todo este contexto, continuó sirviendo fiel a la corona española contra los franceses y fue nombrado como capitán del Regimiento Borbón. Llegó a participar en la descollante Batalla de Bailén que permitió después recuperar Madrid.

Como José de San Martin había tenido una participación destacada,  en 1808 asciende a teniente coronel. En ese contexto, en la cual los ingleses también peleaban contra los franceses, tal parece que San Martín se hizo de muchos amigos provenientes de las tierras de Gran Bretaña. No se precisa exactamente cómo, por qué o cuando, pero los aires de libertad de ingleses y escoceses lo inspiraron a introducirse en logias secretas con ideas liberales en un principio al estilo anglosajón, es decir mediante una monarquía parlamentaria, pero que más tarde él terminaría amoldando a sus propios pensamientos. Es muy probable que durante esta época, debido a lo sucedido en Estados Unidos y a pesar de que luchaba contra los galos, fueron los ideales franceses los que también le inspiraron su proyecto a futuro.
Finalmente, el 6 de septiembre de 1811 renunció a su carrera militar en España y se dirigió a Londres, a la tierra del liberalismo por excelencia. Además ya le había llamado la atención el movimiento independentista surgido en México tras el Grito de Dolores, por lo cual para esta altura era irrefutable pensar que sus proyectos para llevar a cabo la emancipación del resto de América, era algo indudable. En Inglaterra se encontró con muchos criollos sudamericanos como Andrés Bello, con los cuales compartía muchas de las ideas liberales. Sobre su estadía en la capital inglesa, se ha rumoreado mucho. Primero desde su incorporación a la masonería americana con fines emancipadores, de la cual ya eran parte Francisco de Miranda y Simón Bolívar, así como también con conspiradores británicos, los cuales estaban muy interesados en que la América Hispana pase a ser parte del Imperio Británico, o por lo menos rompa totalmente sus lazos con la metrópolis.

El retorno a su patria

En enero de 1812 San Martín marcha a Buenos Aires y llega a inicios de marzo. Allí encontró un terreno bastante propicio pues en la tierra que lo vio nacer ya existía todo un plan para liberar el Virreinato del Río de la Plata. El primer triunvirato lo nombró teniente coronel y más tarde se le solicitó la creación de un grupo de caballería que pasó a llamarse Regimiento de Granaderos a Caballo. Obviamente, para los militares criollos argentinos, los conocimientos castrenses de San Martín, no podían ser menospreciados, pues él se había pasado casi media vida luchando y había aprendido de las mejores tácticas de la guerra moderna en ese entonces. Su conocimiento fue mejor aprovechado haciéndolo instructor. Otra de sus acciones fue la creación de la Logia Lautaro, la cual era en un inicio considerada una filial de la Logia de los Caballeros Racionales. Era algo similar a las sociedades secretas que en Venezuela e Inglaterra ya existían. Uno de sus miembros importantes era Juan Martín de Pueyrredón. En esos momentos, sin embargo, bonaerenses estaban más que confundidos debido a su inexperiencia política, y por ello José toma la iniciativa de formar un Segundo Triunvirato, dictar una constitución y finalmente declarar la independencia. En medio de ese contexto, el futuro libertador se tomó un tiempo y en noviembre de 1812 contrajo un matrimonio con María de los Remedios de Escalada, una muchachita de apenas catorce años.

Ahora retornemos a su vida militar.
Una de las primeras acciones importantes contra los realistas en la que San Martín participó, fue la Batalla de San Lorenzo, librada el 3 de febrero de 1813 a orillas del río Paraná, una importante vía fluvial, la cual era comúnmente atacada por los realistas. San Martín estuvo a punto de perder la vida, pero fue salvado por el soldado Cabral, póstumamente elevado a sargento. El combate y la victoria le dieron una gran reputación al argentino.

En aquellos momentos, Manuel Belgrano y otros militares, habían intentado junto con su llamado Ejército del Norte, hacer un ingreso al Alto Perú para atacar a los realistas, sin embargo fueron todos vapuleados. Los realistas tampoco obtenían victorias en territorio argentino, así que prefirieron quedarse cómodos en la actual zona de Bolivia. El encuentro entre Belgrano y San Martín se llevó a cabo en algún lugar de la provincia de Salta. Fue entonces cuando se intercambió el mando del Ejército del Norte. Pero José ya había diseñado otra estrategia, y sencillamente pidió que con tropas regulares se mantenga la frontera con el Alto Perú neutralizada para los realistas. Se retiró debido a una úlcera un tiempo hacia Córdoba para reposar, y dejó el mando del ejército temporalmente en manos de Francisco Fernández de la Cruz. Durante su descanso debido a su salud, y debido a las recomendaciones de algunos camaradas chilenos, San Martín terminó de concretizar su nuevo plan. Atacar por el Alto Perú era algo difícil, así que lo mejor sería tomar otra ruta. En medio de todo ese contexto nació su única hija, Mercedes Tomasa. Para entonces la decisión de marchar sobre Chile, donde los patriotas se hallaban divididos y los realistas con gran ventaja, era algo ya irreversible. En 1814, San Martín fue además nombrado gobernador de Cuyo con sede en Mendoza.
El inicio de la campaña que lo llevaría al Perú
Algunos chilenos derrotados por los realistas así como disidentes políticos con sus propios compatriotas, huyeron a Mendoza. San Martín mientras tanto, unió a todos los que pudo, desde milicianos locales, voluntarios, oficiales y algunos efectivos del Ejército del Norte, hasta integrantes de su Regimiento de Granaderos a caballo y los refugiados chilenos. Los planes de San Martín pronto fueron conocidos por los argentinos, siendo aprobados por algunos como Pueyrredón, pero rechazados por otros, a los cuales el futuro libertador de Chile, no hizo caso. Finalmente la independencia de las provincias unidas de la plata se consiguió el 9 de julio de 1816. Mientras tanto, él trató de aprovechar su fama y popularidad para reunir todos los fondos posibles para la campaña, además de reunir más tropas y sobre todo suministros armamentísticos y provisiones. Consiguió también reunir médicos y también guías expertos conocedores de los Andes, haciendo estudios minuciosos de los caminos. Finalmente pidió permiso a los mapuches para poder llegar a Chile a través de sus tierras.
El Cruce de los Andes y el inicio de la campaña
El 12 de enero de 1817, verano en esta parte del mundo, se dio inicio al Cruce de los Andes, en una hazaña que no se había visto desde los tiempos de Aníbal atravesando los Alpes. Iban con San Martín 3778 soldados, 207 oficiales, 28 jefes, 1200 milicianos montados que ayudaban a la carca de los suministros y la artillería, contando con un total de 16 cañones, 4 piezas de montaña y 2 obuses-así como 1600 caballos. Si bien la marcha estuvo dividida en varias columnas, las principales recorrieron los pasos de Los Patos y Uspallata. Fue verdaderamente un acto épico donde inclusive las tropas llegaron a pasar los 3500 metros de altura. Ya en Chile, el 12 de febrero se llevó a cabo la Batalla de Chacabuco, donde vencieron a los realistas. Si bien un cabildo le dio el mando de Director Supremo, él lo rechazó pues no quería que se piense que la Argentina tenía intenciones territoriales sobre Chile. El puesto fue luego ocupado por O´Higgins. Éste último perdió la Batalla de Concepción, mientras San Martín volvió a Buenos Aires para pedir refuerzos. A su regresó también fue derrotado en la Batalla de Cancha Rayada por los realistas. Si bien los patriotas no tuvieron grandes bajas parecía que los resultados por la vía chilena serían similares a los de la campaña en el Alto Perú. Pero San Martín, lejos de desmoralizarse, animó a sus hermanos chilenos y confiando en su Ejército de los Andes volvió a encarar al enemigo en la Batalla de Maipú, inclusive cuando los realistas ya habían recibido importantes refuerzos. Finalmente, la victoria, gracias a la estrategia de José, se consiguió y el mismo O´Higgins lo llamó “salvador de Chile”. Se le volvió a dar premios, pero él los rechazó. Ahora dejaba a esta patria hermana libre para que resuelva sus propios problemas.

Si bien San Martín llegó a presentar su renuncia, los oficiales bajo su mando así como los chilenos insistieron en que no abandone su cargo. Alistando una armada con buques capturados a los españoles, además de otros comprados a ingleses y yanquis, el Ejército Libertador, se dirigió a Perú vía marítima. La ayuda económica a esta altura vino de O´Higgins y los chilenos pues Buenos Aires aún estaba algo lejos y se veía sumida en crisis internas. Antes de que su nueva aventura empiece, sorpresivamente es llamado para que pueda controlar la anarquía en Argentina, pero él respondió: “el general San Martín, jamás derramará la sangre de sus compatriotas y sólo desenvainará su espada contra los enemigos de la Independencia de Sudamérica”. Finalmente la expedición partió de Valparaíso a Perú, compuesta por 4500 soldados entre los efectivos del Ejército de Chile y el inicial Ejército Libertador de los Andes, además se deben contar alrededor de 1500 marinos. Eran ocho navíos de guerra y 16 transportes.

El 8 de septiembre llegó a Paracas, cerca a Pisco, y los realistas, atentos a esto, se replegaron tierra adentro. San Martín no llegó a ningún acuerdo con el penúltimo virrey del Perú, Pezuela, y después se marcha a Huacho. En enero de 1821, el poder virreinal pasa a José de la Serna, siendo reconocido después por la corona. Toda negociación fracasó pues los realistas se negaban a reconocer la independencia del Perú. Finalmente, San Martín dejó Huacho y llega a Ancón habiendo repartido sus ejércitos en dos, uno hacia las costas del sur y otro a la sierra. El último virrey finalmente abandona la capital pues era notorio el favoritismo a la causa independentista. San Martín ingresó a Lima y convocó a un cabildo. El 28 de julio “declaró” la independencia del Perú. Sin embargo no independizó al país, como erróneamente aparece aclarado en los billetes de cinco pesos argentinos. La total independencia de los peruanos se llevó a cabo mediante una coalición multinacional, dirigida por Bolívar y Sucre en la Batalla de Ayacucho. Luego de esto San Martín fue nombrado Protector del Perú y entre sus logros destaca la fundación de la Biblioteca Nacional del Perú, además de la creación de la Orden del Sol del Perú. En su cargo, gobernó desde el 3 de agosto de 1821 hasta el 20 de septiembre de 1822.

Su partida y fallecimiento

Durante su efímero gobierno recibe una petición de tropas de parte de Sucre para que ayude en la causa independentista del norte. San Martín envío tropas inexpertas en lugar del Batallón Numancia, una unidad pasada a filas de su ejército tras ser enviadas a Perú en 1816, pero que había sido formada en Venezuela. El argentino no estaba dispuesto a entregarlas fácilmente pues se trataba de uno de sus grupos más veteranos. Finalmente acaece entre el 26 al 28 de julio de 1822, la Entrevista de Guayaquil, en la cual el argentino se reúne con Bolívar. Ambos discrepaban o coincidían en muchos puntos, pero una cosa quedó clara: San Martín iba a renunciar a sus cargos y se iba a retirar de la causa independentista creyendo que ya había cumplido su papel. En efecto así lo hizo. Regresó a Mendoza, donde llegó en enero de 1823. Luego quiso volver a Buenos Aires pero Bernardino Rivadavia se lo negó pues le recriminó su supuesto apoyo y favoritismo a los federales. Los motivos de su viaje eran más que indiscutibles: Remedios de Escalada estaba gravemente enferma. Finalmente, sin importarle nada, hace el viaje y al llegar encuentra que su mujer había fallecido ya el 3 de agosto de 1823. En Buenos Aires su presencia generó muchas sospechas y San Martín se percató que la América unida que alguna vez soñó era una utopía hasta en su propio país, donde los unitarios y federales ya habían dado inicio a una guerra que duraría décadas.
Finalmente el 10 de febrero de 1824 embarcó junto a su único retoño hacia Francia. Tenía títulos militares en tres países, había ganado muchas batallas con las armas o sin ellas, y era querido por mucha gente, pero se iba sin pena ni gloria. En los últimos años de su vida se marchó a Escocia y Bruselas para finalmente instalarse en París. Inclusive escribió un libro “Máximas para Merceditas”. Luego intentó volver a su país, primero en la Guerra con Brasil ofreciendo sus servicios, pero el conflicto acabó y después cuando en 1829 la guerra civil invadió su patria, viajó secretamente pero fue descubierto. Allí se percató que su presencia generaba sospechas y rechazó la gobernación de la provincia de Buenos Aires.

Finalmente se marchó a Montevideo donde estuvo tres meses y regresó a Europa para radicar en Francia. Consiguió unirse a un amigo español, Alejando Aguado, un exitoso banquero, quien incorporó a San Martín a sus negocios y lo hizo tutor de uno de sus hijos. Sin problemas económicos, además de contar con tierras en Mendoza y Perú, se compró una casa. Allí en los últimos años de su vida recibió visitas de varios de sus amigos. Cuando estalló la Revolución de 1848 en París, se mudó a Boulogne sur Mer. Falleció el 17 de agosto de 1850, dejándole sus bienes a su hija. Ella fue la única que estuvo con él hasta el final junto con el yerno. Prácticamente, un genio del combate y un hombre modesto, totalmente desinteresado de los títulos y cuyo sueño había sido ver libre al continente que lo vio nacer, murió en el olvido, mientras sus compatriotas y el resto de sus hermanos sudamericanos se hundían en sus propias querellas políticas. Sus restos fueron repatriados en mayo de 1880, y descansan en la Catedral de la ciudad de Buenos Aires frente a la Plaza de Mayo. Tildado de traidor, asesino, ladrón, masón, anti-católico y muchos epítetos más, San Martín fue todo lo contrario a como lo consideraron sus contemporáneos. Él mismo dijo una vez: “en cuanto a mi conducta pública, mis compatriotas dividirán sus opiniones; pero serán los hijos de éstos los que darán el verdadero fallo”.


Volver a la Portada de Logo Paperblog