José Luis Ábalos es un recaudador de maletas del narcorégimen, cargadas de oro y divisas político corrupto podrido que además ni lo disimula.
Otro sociópata como su amo, pero estilo paleto matón de barrio y con la arrogancia del imbécil que se cree listo.
Pertenece a la casta de los sociatas trincones, gandules y puteros. Una familia muy importante en la historia del PSOE, pero que ha perdido fuerza ultimamente ante las charos feminazis.
Tiene cinco hijos de tres mujeres. No tiene problema para las manutenciones, porque las enchufa en alguna mamandurria a costa de los impuestos de Los Remeros españoles. Quién sabe lo que saldrá de su encuentro nocturno con Delcy.
Ha creado una red clientelar a base de enchufes sin ningún tipo de ocultación. Y eso sin hablar de sus chanchullos mafiosos que no salen a la luz.
Su primer cargo de importancia fue de concejal en Valencia y ahí empezó su carrera delictiva política.
De su periplo allí, lo sabrán los de aquel lugar. Seguro que trincó lo que pudo.
Su mujer habia suspendido el examen a policia local repetidamente, pero claro, siendo el concejal, unos duendes llegaron por la noche y convirtieron aquel 0 en un 10.
Luego, su mujer pasó a tesorera de FIADELSO, una ONG auspiciada por Ábalos que recibió 5 millones en subvenciones.
Fiadelso desapareció, pero la echufó en la Delegación Gobierno.
Y claro, aquello fue un escándalo descarado y lo echaron fue ascendiendo en el partido hasta llegar a secretario de organización.
A pesar de ser un tipo turbio y notoriamente corrupto, Pedro Sánchez como Ministro de Transportes. Transportes de qué, os preguntaréis. Delcy sabe la respuesta.
Desde ese momento fue el primer narco-ministro de la historia de España, realizando una gestión de las más dañinas de ese Ejecutivo.
La poca y nula intención de ocultar sus corruptelas (o torpeza) se sucedían una tras otra.
Primero aprovechó su viaje a Canarias por la crisis migratorias para pegarse unas vacaciones pagadas con champagne, masajes y seguramente drojaina.
Se le quedaron cortas las vacasiones e inventó una reunión en Ibiza para alargarlas. Él se escusó alegando que era para negociar un Rescate de un puticlub en quiebra no dio explicaciones. A lo mejor lo que quería era pasarle la ITV a las menores tuteladas de Baleares.
Luego chanchulleó con una empresa de mascarillas con un contrato de casi 60 millones (menos su comisioncita, claro). Desde entonces, quería mascarillas hasta para el muerto en su entierro.
Llegaría el más grave, el Delcygate. Un escándalo que incluye de todo (maletas con droja, oro, problemas diplomáticos, aviones y hasta sexo de alto vuelo.
Pero vendría otra peor, el rescate porque sí de Plus Ultra y en base a no se sabe muy bien qué criterios (a parte de sus nexos con el chavismo).
Aquello fue el colmo y Su Sanchidad no permite errores. Para intentar salvarse, el presidente se lavó las manos después de gacerle hacer el trabajo sucio.
Eso sí, con miedo. Mucho miedo.
Tras su dimisión cese al fin podrá dedicarse a tiempo completo a su verdadera pasión, las putas, drogas y gastarse los millones ganados que tiene depositados en alguna isla del Caribe, que es a donde escapará cuando los jueces vayan a por él.
Y le dejarán en paz, ya que era el que limpiaba toda la mierda del PSOE y si tira de la manta empezarán a salir todos esos trapos sucios y bastantes irían a la cárcel.