Revista Cultura y Ocio

José Luis Orihuela, sobre el mal ejemplo de las figuras públicas que abandonan la red

Publicado el 07 abril 2013 por Noblejas

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Mi colega y amigo José Luis conoce muy bien de qué habla, cuando se trata de de la red y de las diversas formas de comunicación que ahí están. Las de antes, algunas ya desaparecidas. Las de ahora, las que tenemos delante, pero no enfrente. Y sin duda las que vendrán. No es precisamente éste un mundo carente de cambios e innovaciones.

Pero en todo caso, lo que está en juego es la comunicación pública. Entendida en el sentido amplio de todas sus variantes y posibilidades puras o mixtas imaginables: comercial, institucional, publicitaria, informativa, ficcional, destinadas al entretenimiento, propagandística, etc.

En España, al menos, y en los últimos tiempos, parece que a través de algunas plataformas de la red se está produciendo un cierto "acoso" destinado a la "imagen" y los correspondientes atributos de honorabilidad de algunas figuras públicas más o menos relevantes en sus respectivos ámbitos.

Pese a mi limitado conocimiento directo del fenómeno, entiendo que algunas de esas figuras, quizá confundiendo el personaje público que representan (con los correspondientes y normales vaivenes de aceptación y rechazo) con la dignidad nativa personal que sin duda poseen (que merece todo respeto), han preferido desaparecer de la red, de Twitter, de Facebook y demás.

Y eso no me parece bien, porque es desistir de la comunicación, que es un rasgo primordial de la persona. Sobre todo, cuando lo que está en juego es uno de los personajes públicos con los que una persona aparece o se presenta ante los demás, o es vista por ellos. Y en ese juego público de personajes que dan presencia pública a las personas, no es buen síntoma, ni de las personas ni de la sociedad, el desistir de la comunicación pública.

No parece bien rehuir el diálogo público, cuando las cosas no pintan bien para el propio personaje público, que en principio está ahí para vivir las tormentas tanto como las bonanzas. A no ser que se trate de ultrajes que implican directamente a la persona, y con ella, a todos los demás miembros de la sociedad. De otro modo, que nuestro personaje renuncie al debate y al diálogo parece traer consigo que renuncia a una parte de la plena dignidad personal nativa, en la que estaos todos implicados.

El que todos seamos personas no puede ser una excusa, plateada como herramienta que nos convierte en víctimas, siendo simple barrera para escurrir el bulto en determiandos envites de la plaza pública.

Podría dar algunas razones teóricas, pero prefiero traer a colación algunos párrafos de lo que José Luis Orihuela (autor, por ejemplo, de Mundo Twitter) dice al respecto, cuando es entrevistado por el diario El País (Peligro, se tuitea), requiriendo su opinión concreta sobre algunos casos concretos. Los tomo de su blog: No dan buen ejemplo las figuras públicas que abandonan las redes sociales al ser acosadas.

(...)

¿Debe regularse Twitter?

Twitter tiene sus propias reglas aunque muchos usuarios no las conocen. Por lo demás, no tendría sentido intentar regular cada nueva plataforma que aparece en el mercado, tal vez haya que revisar la legislación existente y aplicable acerca del acoso, la intimidad, el honor y la imagen para adecuarla a las nuevas circunstancias propiciadas por las redes sociales.

¿Qué le parece la regulación que se ha iniciado en Francia?

La “Feuille de route du Gouvernement sur le numérique” (28/2/13) es un documento marco que revela la seriedad y la ambición con la que el gobierno francés enfoca los desafíos de la era digital en muy diversos ámbitos y que incluye el anuncio de un proyecto de ley para la protección de los derechos y las libertades digitales anunciado para 2014. Además de la protección de los datos personales contenidos en bases de datos, el gobierno francés ha anunciado su voluntad de luchar contra la incitación al odio en las redes sociales sea por origen nacional, motivos raciales, religiosos o de orientación sexual.

¿Hay suficientes herramientas para denunciar en la red?

La Brigada de Investigación Tecnológica de la Policía Judicialtiene perfiles en Tuenti y en Facebook y dispone de unformulario en línea de Colaboración Ciudadana y la Policía Nacional está en Twitter (@policia) y recibe denuncias por internet y por teléfono.

¿Qué le parece la propuesta de que haya un código ético para Twitter?

El manifiesto “Por la libertad, el respeto y el diálogo en la Red” no es una propuesta de código ético (algo que sería inviable en una plataforma global y abierta como Twitter), es un llamado al compromiso público que resulta más voluntarista que eficiente. Creo que es más atinado, como se apunta en la “Carta abierta a Elena Valenciano“, que se mejore la formación en todos los niveles acerca del uso civilizado de las redes sociales. 

(...)

Todas las preguntas y respuestas, aquí.

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