
No es éste el lugar de hacer una glosa sobre la figura y la obra de José Luis, suficientemente conocido, escrutado y estudiado. Éste es el sitio desde donde traslado mi agradecimiento y el de toda la ciudad de Almansa (humilde y temporalmente, dada la circunstancia, me arrogo esta representatividad) por su trayectoria, su capacidad creativa, su innovación en las corrientes escultóricas y por, en una especie de gratitud cotidiana, permitirnos la contemplación diaria de sus esculturas que ya forman parte de nuestro paisaje urbano.