El principio de Peter dice que en una empresa, entidad u organización las personas que realizan bien su trabajo son promocionadas a puestos de mayor responsabilidad una y otra vez, hasta que alcanzan su nivel de incompetencia.
Este principio, formulado por Laurence J. Peter en su libro The Peter Principle, de 1969, ha sido comprobado infinidad de veces. Consecuencia de lo que el principio manifiesta, muchos puestos de alta dirección son ocupados por profesionales que no tienen la suficiente cualificación para su trabajo, lo cual conduce a graves errores en las decisiones que toman las personas responsables en muchas organizaciones.
El primero en hacer referencia a este concepto fue José Ortega y Gasset en la década de 1910 posiblemente influenciado por sus visitas a Argentina [cita requerida]. Quedó en forma del siguiente aforismo:
"Todos los empleados públicos deberían descender a su grado inmediato inferior, porque han sido ascendidos hasta volverse incompetentes".
Y en esto enlazamos con una columna deliciosamente maligna, la escrita hoy por Juan José Millás en la contraportada de EL PAÍS:
“Cuando aquel país alcanzó unas dimensiones que ni su metabolismo ni sus piernas podían sostener, las autoridades decidieron que había que reducir el tamaño de la realidad. Así, el presidente del Gobierno se convirtió en vicepresidente y el jefe de Estado en subjefe de Estado (al tratarse de un rey, recibió el tratamiento de subrey, dando lugar a una monarquía subreal, valga la redundancia). En consonancia con el hecho de que la directora de la Biblioteca Nacional hubiera sido rebajada a jefa de departamento, los generales fueron degradados a coroneles, los coroneles a comandantes y así de forma sucesiva. Los ministros fueron nombrados secretarios de Estado, los secretarios de Estado directores generales, etcétera.”
Yo, convencido de que todos tenemos nuestra parte de culpa en esta crisis de enorme proporción (¿quién no se dejó engañar por los créditos fáciles, por el boom inmobiliario, por aumentar el límite de sus tarjetas de crédito?¿quién no se dejó llevar por las apariencias?), me apunto a la propuesta y a partir de hoy ceso en mi puesto de director de LC-Architects para pasar a ser su nuevo e ilusionado subdirector.
Luis Cercós (LC-Architects)
http://www.lc-architects.com/