Si hablamos de goleadores a todos se nos vienen a la cabeza los nombres de Puskas, Pele, Zarra, Muller o los más cercanos Ronaldo, Messi o Cristiano, pero muy pocos conocerán a uno de los hombre gol más prolíficos de la historia del fútbol, alguien olvidado por el paso de los años y la explosión posterior a su mejor época que sufrió este deporte en Europa y que encumbro a otros por encima de su mito. Hoy queremos hablarles de un grande, Josef “Pepi” Bican.
Nacido hace más de 100 años en la Viena imperial, Josef empezó a destacar desde pequeño, siempre jugando contra otros de categoría superior, dos cualidades le hacía sobresalir sobre los demás: su gran velocidad y su excelente claridad de cara a puerta, pues se dice que solo perdonaba una de cada 10 o 20 ocasiones. Su otro rasgo diferenciador, la velocidad, no dejaba lugar a duda, pues llego a correr los 100 metros en unos impresionantes 10,8 segundos, algo que toma más relevancia si lo comparamos con la marca que consiguió en la misma época Jesse Owens en los juegos olímpicos del 36, solo 5 décimas inferior. Hablamos como vemos de todo un superdotado físicamente. Si sus cualidades eran espectaculares, sus números no lo son menos. Consiguió nada menos que 12 distinciones de máximo goleador y según la IFFHS anoto 518 en sus 341 partidos oficiales en liga y 669 contando las demás competiciones en apenas 436 encuentros, o lo que es lo mismo mas de gol y medio por partido. Una locura. Además él siempre alardeaba de que si se contaban amistosos, exhibiciones o entrenamientos, su cuenta llegaría hasta los 5000. ¿Y por qué un hombre con estas cualidades y estadísticas ha caído en el olvido? La respuesta es clara, su época y la política.
Bican disputo su carrera entre el 28 y el 54 justo antes, como decíamos al principio, de la explosión del fútbol en el viejo continente. Aun así pudo participar en un Mundial, donde se dio a conocer internacionalmente haciendo pareja en una gran selección austriaca con el Mozart del fútbol, el clarividente Sindelar, que llevaron a semifinales al combinado centroeuropeo. Allí les esperaba Italia, que aparte de anfitrión contaba con el “apoyo” de Mussolini cortando las ilusiones de “Pepi” y sus compañeros.
Josef no volvió a participar en otra copa del mundo y desde entonces la política marco su carrera. Tras Mussolini, el auge del nazismo y la 2º guerra mundial cambio el panorama europeo. Él se negó a jugar con Alemania tras la anexión por parte de esta de su Austria natal y pronto se nacionalizo Checoslovaco huyendo del extremismo nazi.
Ya en Praga donde había seguido jugando y tras la guerra, recibió una oferta de la Juventus de Turín, que penso en él como antídoto contra el Gran Torino, ofrecimiento que rechazo por el apego que sentía a su familia y el miedo a una Italia gobernada por un régimen comunista tras la contienda mundial. Finalmente su temor le llego en casa y tras no identificarse con el partido comunista como antes hizo también con el nazi. Sus gestas y records fueron entonces desprestigiados por la propaganda del gobierno acusándolo de pequeño burgués, aunque no lograron sin embargo quitarle el cariño que siempre recibió de la hinchada que acudía cada domingo a verle perforar las porterías rivales.
Aun así, Bican siguió jugando y marcando, su vida sencilla le guió después a los banquillos y más tarde a ganarse la vida como buenamente pudo con distintos oficios fuera del mundo del balompié. En diciembre de 2001 nos dejaba casi en el anonimato para el gran público, algo que quedo en parte remediado o casi con el reconocimiento de la FIFA al nombrarle entre los 50 mejores jugadores del siglo XX. Desde aquí solo podemos mostrarle todo nuestro respeto y admiración a una de las grandes leyendas olvidadas de este deporte que tanto nos apasiona.
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