Revista Cultura y Ocio

Josep María Panadés López: Irreal como la vida misma 2: Relatos breves para despertar la imaginación

Publicado el 13 marzo 2022 por Juancarlos53

«Cuando una experiencia novedosa, a la que teníamos miedo a enfrentarnos, ha resultado finalmente satisfactoria, solemos querer repetirla, siempre, claro está, que ello sea posible, bien porque no dependa de terceros, bien porque estemos en condiciones para ello» (de la ‘Presentación’de la antología)

Irreal como la vida misma 2

Relatos, Cuentos, Narraciones breves
Lo primero que llama la atención de esta antología es que repite el título de la anterior aparecida en 2016. El propio Josep María en la 'Presentación' del libro dice el porqué. Resulta que igual que el libro anterior que contenía 55 relatos surgió de la selección realizada por el autor sobre los que había publicado hasta el año 2016 en su blog Retales de una vida, ahora, «después de más de cinco años y de unos doscientos nuevos relatos de ficción publicados» el escritor ha creído llegado el momento de repetir la experiencia que tanta satisfacción, prosigue diciendo, le proporcionó la primera recopilación.
Es, pues, una continuación de la labor que iniciara en 2016 y que, espero y deseo, repita dentro de unos años con una tercera entrega. Tan es una continuación de lo efectuado con los 55 cuentos de Irreal como la vida misma (2016) que la única variación en el título ha sido la del dígito 2. Y algo parecido sucede en el subtítulo: Relatos breves para evadirse de la realidad, en la antología de 2016, y Relatos breves para despertar la imaginación en la de este 2022. Como se ve la variación es mínima y el sentido en ambas, el mismo.
Irreal como la vida misma 2 es un libro que se lee con muchísimo gusto. Los 24 relatos que contiene son de asunto variado y predomina en la mayoría de ellos un tono de suspense que fuerza a leer más y más para saber en qué para lo planteado en cada uno. Los asuntos van de relaciones familiares difíciles (matrimonios en crisis, divorcios, maltrato doméstico, etc.), asuntos laborales que se complican de manera sorprendente (El visitador médico), noviazgos variados (el de aquella pareja que imagina cosas donde no las hay -El juego de las apariencias-, el de la pareja con necesidades especiales que se rebela contra la supuesta normalidad de los otros -Norwegian wood- o el del hombre que pretende rescatar de las garras de la prostitución a la mujer de la que se ha enamorado perdidamente -Nadia-),  etc.
Un tema que en muchos de ellos se da es el de los vaticinios, las predicciones de lo que le sucederá al protagonista o a alguien de su entorno (Traición o justicia, Cuarenta y ocho horas, etc.). Y el tono predominante en varios es el del humor. Josep María Panadés, por lo que lo conozco, destaca por un fino y sano sentido del humor. Un humor que está presente en buena parte de sus relatos: a veces en forma de humor algo negro como en Amnesia; otras, muy hilarante como el contenido en El fantasma de don Filiberto o en Cuarenta y ocho horas (aquí el juego de los personajes me ha evocado a Jardiel Poncela o a Miguel Mihura); un humor muy crítico en ocasiones como en Juicio justo; y así.
 Muchas cosas me gustan de estos relatos que he devorado en dos días. Una de ellas es la de los frecuentes giros finales con los que Panadés nos quiebra el espinazo y nos dibuja una sonrisa en los labios al constatar que de nuevo nos ha vuelto a sorprender. En pocas ocasiones he podido predecir los derroteros que seguiría la trama. A veces la sorpresa es de campeonato como la que experimenté en Custodia compartida leyendo la agria disputa mantenida por la pareja matrimonial durante los trámites de su divorcio por ver quién se queda con la custodia de Bertita y Blanquita; lo mismo me sucedió durante la lectura de El patio de vecinos.
El autor tiene unos claros referentes literarios que no oculta. Son  "Un saco de huesos" de Stephen King y "El juego de Ripley" de Patricia Highsmith entre los consagrados, y entre los más próximos a nosotros estaría "La verdad sobre el caso de Harry Quebert" de Joël Dicker cuya temática y desarrollo se perciben con claridad en el relato La ventana. Pero además, como ya he señalado en la manera de manejar el humor que me ha recordado a veces a Jardiel Poncela o a Mihura, hay mucha literatura no citada en estos relatos. Así, por ejemplo, se percibe a Kafka -el tono kafkiano, más bien-  en la desasosegante historia relatada en La araña o en el cuento El donante. También en alguno de sus relatos he querido ver agazapado el thriller jurídico tipo John Grisham; es el caso del relato Juicio justo en el que un mexicano es injustamente acusado de unos delitos y condenado a una pena exorbitante sólo por su condición étnica.

Certamen de Cuentos y Relatos Breves “Junto al Fogaril”

El escritor entrevistado por Ana Pascual
(www,ganasdevivir.es [18/1/2017])

Josep María
gusta de la literatura, eso es obvio, pero también disfruta muchísimo con el Cine y de eso hay constancia clara en estos relatos. El ritmo por ejemplo del relato recién citado arriba recuerda con claridad esos filmes y telefilmes de juicios y abogados. Las misma serie televisiva Bones citada en La mirilla, el primero de los relatos, es claro ejemplo de lo que acabo de comentar. Y ni que decir tiene el clarísimo homenaje que hace el escritor al maestro del suspense Alfred Hitchkock en algunos de los cuentos, como en el titulado La ventana y especialmente en El patio de vecinos en el que se cita expresamente al actor James Steward que protagonizó el film de La ventana indiscreta. Así como James Steward vigilaba la actividad de sus vecinos mirando desde una ventana de su casa así en este relato el narrador ve lo que ve en una situación parecida a la que Hitchkock muestra en su magnífica película.
Pero si los temas y asuntos de suspense, de novela negra, los maneja con desparpajo y maestría el escritor, la manera como lo hace -el estilo- es lo que provoca que la lectura de sus cuentos sea tan agradable. La mayoría de los relatos los presenta en 1ª persona manejando a las mil maravillas el estilo directo, el indirecto y el indirecto libre. Este último provoca que muchas veces los lectores nos sintamos como formando parte del relato, como muy próximos al pensamiento y acciones de los personajes. Y esto me parece magnífico. 
Por otro lado la estructura que utiliza en algunos relatos -no muchos, en realidad- hace que los mismos sean redondos; ahora mismo recuerdo el titulado El visitador médico cuyo comienzo y final completan el círculo haciendo que el mismo se cierre completamente sin dejar ningún cabo suelto. Otro tanto podría decir de esos relatos que se presentan haciéndose, construyéndose, y que al final vienen a diluir la línea realidad-ficción fusionando ambos niveles (un ejemplo sería La araña, relato que cierra la recopilación y que sirve, además, de compendio de toda la antología). En general yo diría que la mayoría de los cuentos concluyen en un final abierto, dejando franca la puerta de lo incierto pero posible, lo que hace que el suspense o el desasosiego no concluya con el punto final sino que perdure en nuestras cabezas.
También desde la forma destacaría esos relatos en los que se utiliza la perspectiva múltiple, es decir, un mismo hecho visionado desde unos u otros personajes (así se ve, por ejemplo, en Nadia, El diario o El tatuaje). Y para cerrar este apartado formal asimismo diré que he visto que algunos relatos inciden en aspectos metaliterarios. Por ejemplo en El diario o en La mosca sus protagonistas son escritores que buscan materiales para sus relatos, se encuentran algo bloqueados y/o se plantean distintas posibilidades de afrontarlos o desarrollarlos.
Para finalizarReseñar libros de relatos no es para mí tarea sencilla. Cada relato es una narración y merecería cada uno de ellos atención particular. Hacer tal cosa no ha sido mi propósito si bien diré, como de pasada, que algún relato me parece contener una buena base para una narración más extensa, quizás para una novela más compleja. Es el caso del relato Malditos vecinos en el que me he quedado con ganas de conocer los antecedentes o saber de las peripecias posteriores corridas por la pareja de sus personajes Patricia y Fernando; también la crisis económica que se ceba con Carla y otros personajes de Cuestión de suerte  permitiría -es una idea mía, quizás equivocada- profundizar en estos seres desahuciados por la crisis económica de la década anterior.
En un grupo grande de estos 24 relatos predomina el suspense psicológico y sus personajes son perturbados mentales de variada especie (esquizofrénicos, psicópatas, amnésicos...); en otro grupo, mucho menor, es la crítica sociopolítica nacional la que encuentra su espacio; en un extenso número de narraciones son los asuntos médicos los que centran la trama; e igualmente hay narraciones en las que la justicia y su administración es el asunto central. 
Por último querría señalar la sorpresa sentida al leer los dos relatos finales, los cuales, siendo distintos como son, sin embargo tienen entre ellos una clara relación de continuidad. También no querría concluir esta reseña sin aludir a esa llamada a la música presente en el antepenúltimo  de los cuentos titulado con el nombre del tema de los Beatles Norwegian wood, un cuento y una canción que me han hecho recordar la grata lectura de la novela de Huraki Murakami Tokio blues en la que esa melodía igualmente es importante.
El escritorMe considero amigo de Josep María Panadés López, autor de este libro, a pesar de no conocerlo personalmente. Es una de las buenas amistades que en los ya once años de existencia de "El blog de Juan Carlos" he hecho. Sólo por conocer a personas como Josep María merece la pena tener un blog. Y es que Josep es, además de persona afable y amigable, un gran degustador literario y escritor consumado. Habitualmente leo las entradas que publica en su blog Cuaderno de bitácora  donde da salida a sus inquietudes sociales, políticas e incluso particulares y de salud como hasta hace bien poco  hizo con un "problemilla" complejo que sufrió y del que afortunadamente -¡qué gran alegría nos diste a todos cuando nos lo comunicaste, Josep!- ya está repuesto completamente. 
Confeccionando esta reseña he pasado por sus otros blogs que, en verdad, visito mucho menos. El primero, "Retales de una vida", es donde publica los relatos que escribe en castellano. Ahí es donde recala para, como ya advertía en Irreal como la vida misma 1:  «Desde que viera la luz “Ahora que ha parado de llover”, mi primera publicación de relatos, otros nuevos han ido nutriendo el blog “Retales de una vida”», recopilar y seleccionar los cuentos que entrarán a formar parte de sus antologías, que como se ve por la cita anterior ya son tres. Los relatos que escribe en catalán los publica en su blog "Mira qui parla". De su amor a Cataluña, en especial a Barcelona, deja Josep María Panadés López constancia clara en varios relatos de Irreal como la vida misma 2  que el escritor sitúa en las Ramblas barcelonesas, el barrio del Born, el parque de atracciones del Tibidabo, etc.
Datos técnicos del libro
Josep María Panadés López: Irreal como la vida misma 2: Relatos breves para despertar la imaginación

Formato: Versión Kindle

Idioma: CASTELLANO
ASIN: B09TJMVB4C
Año de edición: 2022
Tamaño del archivo: 726 KB
Longitud de impresión‏: ‎267 páginas
Precio: 3€
Comprar libro
Formato: Versión Papel
ASIN ‏ : ‎ B09TMT5R2R
Editorial: Autopublicado
Fecha:(26/2/22)
Idioma ‏ : ‎ Español
Tapa blanda ‏ : ‎ 194 páginas
ISBN-13 ‏ : ‎ 979-8408868360
Precio: 13€
Comprar libro


Josep María Panadés López: Irreal como la vida misma 2: Relatos breves para despertar la imaginación


Volver a la Portada de Logo Paperblog