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Josep Pla. Viaje en autobús

Publicado el 04 octubre 2021 por Santosdominguez @LecturaLectores

Josep Pla.  Viaje en autobús

Es un pasaje del primer capítulo del espléndido Viaje en autobús de Josep Pla que, casi ochenta años después de su aparición en 1942, publica Cátedra Letras Hispánicas con edición de Xavier Pla, que recuerda en su introducción -'Lo que queda latente'- la muy favorable acogida de la obra, compuesta a partir de los artículos que Pla había ido publicando en la revista Destino en 1941 y los primeros meses de 1942, aunque en la construcción del libro en su forma definitiva en 1948 hay un proceso de reelaboración de esos textos y de incorporación de inéditos hasta 1947. No se trata, pues, de una mera recopilación, sino de "una operación de gran calado literario", como destaca Xavier Pla, que inserta el libro en una peculiar poética del viaje, porque -afirma- "el viaje de Pla, los libros de viaje de Pla, tienen su propia poética", que se levanta como "una construcción mental y literaria."

La mirada hacia el paisaje y el oído hacia las conversaciones se conjugan en estas páginas que evocan unos recorridos espacialmente menores, casi domésticos, un itinerario comarcal de cien kilómetros de viajes en autobús por la costa catalana entre viajeros y viajantes a lo largo de las cuatro estaciones del año, desde el invierno hasta el otoño.

Un viaje nada exótico que supone una afirmación de ese provincianismo voluntario, conscientemente cultivado por Pla, aquel payés del Ampurdán que escribía en el prólogo, que tituló Cuatro palabras:

Lo esencial para aprovechar un viaje es tomarlo como finalidad misma. Andar por el mundo un poco al azar es muy agradable. Viajar sin tener un objeto concreto es una auténtica maravilla. [...]

Aquí está el fruto de mis recientes, insignificantes vagabundajes. Viajando en autobús, el vuelo es gallináceo.

En el Viaje en autobús está el mejor Pla, el que observa y escucha y con la agilidad de su prosa transparente y fluida escribe del paisaje y los paisanos, de los cafés y las estaciones, de las fondas y los mercados, de la lectura o el amor, de la educación y el estraperlo, del clima y la comida, en el tono menor adecuado a la expresión de lo cotidiano y traza una desoladora crónica intrahistórica de la primera posguerra en Cataluña, como él mismo señalaba en el prólogo a la tercera edición ampliada de 1948, en la que naturalmente se basa esta edición: "algunos críticos afirmaron, a modo de exégesis, que su autor pretendía escribir un documental de la época, dar una imagen de los años que estamos pasando. Esa, en efecto, fue la pretensión y la justificación -quizá hipotética- de su tiraje. En la presente edición, esa característica está todavía, creo yo, más acusada."

Un libro que significaba la madurez de su autor y una confirmación de sus acreditadas virtudes literarias: el límpido castellano casi oral de su "estilo a media voz", como lo definió Dionisio Ridruejo, la naturalidad y la ironía, la mirada al paisaje o la capacidad para la sugerencia y el matiz descriptivo, la suma de observación y reflexión, de lirismo y sarcasmo, de impresiones y digresiones, de humor y una melancolía casi proustiana, o un sentimiento de desengaño como el que remata el último texto del libro: Epílogo, perplejidad:

Con estas palabras concluye Xavier Pla su estudio introductorio sobre este "artefacto literario mucho más complejo y sofisticado de lo que pueda parecer en una primera lectura": "Es quizás en este mundo detenido, el del tiempo sin duelo, también el de la perplejidad moral provocada por la desconfianza ante el progreso, donde mejor se hace evidente la capacidad literaria de Josep Pla para producir efectos de presencia. Y es quizás en Viaje en autobús, uno de sus mejores libros, donde el lector de hoy puede encontrar el retrato moral más completo de los estragos que tres años de guerra y otras tantas décadas de implacable dictadura infligieron en las vidas de la gente corriente en pleno corazón del siglo veinte."

Cierran la edición, además de un índice onomástico que resume el amplio universo intelectual de Pla, tres apéndices que reproducen los dos primeros artículos de Destino, dos textos suprimidos de la primera edición y una curiosa autoentrevista de Josep Pla, que firmó en la misma revista el 29 de agosto de 1942 con el seudónimo J. Méndez-Bohigas: "Una interviú frustrada con el autor de Viaje en autobús", donde dice:

-Si algo desearía ser en el mundo, sería eso: el ciudadano más cosmopolita del Condado de Ampurias. Nada más, pero tampoco nada menos. Ilusiones que uno se hace, ¿comprende?


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