OLVIDASTE la aldea perdida entre pantanos
de una tierra de bosque, en cuyos huertos
nunca se ven espantapájaros: valen más que el sembrado.
El camino está lleno de barrancos y ciénagas.
Tiene que haberse muerto tía Nastya, y Pésterev también
(o, si todavía vive, andará por el sótano, borracho,
buscando el modo de hacerse una puerta o una verja
con el cabecero de nuestra cama).
Y en invierno hacen leña y comen nabos
y las estrellas congeladas titilan por el humo.
No hay novia en la ventana, sino festín de polvo,
más un sitio vacío donde nosotros nos amamos.
Sitio Web de la Imagen
EN CUANTO a las estrellas, siempre están.Cuando aparece una, llegan en pos las otras.No habrá mejor manera de mirar desde arribahacia abajo, de noche, que la suya: guiñando.Mejor están sin ellas los cielos. Y, no obstante,se conquista mejor el espacio sidéreoen su presencia. Eso sí: sin moverse,en la tumbona, solo en la terraza.Como dijo el piloto de una nave,tapándose la cara con un poco de sombra:parece que no hay vida en ningún sitio,ni estrella en que dejar la vista detenida.
Joseph Brodsky en Parte de la oración y otros poemas.
Traducción de Amaya Lacasa y Ramón Buenaventura.