La historia tiene ya más de tres años pero es suficientemente interesante para comentarla.
Joshua Bell (1967) es un violinista estadounidense con una larga e importante carrera, con solo 14 años debutó como solista de la Orquesta de Filadelfia y desde entonces no ha parado. Es uno de los violinistas más importante y reconocidos del mundo. Bell tiene un violín Stradivarius de 300 años llamado Gibson ex Huberman – a los Stradivarius se les pone nombre – por el cual pagó alrededor de 4 millones de dolares.
Al periodista del Washington Post Gene Weingarten se le ocurrió un curioso experimento: situar a Bell vestido con vaqueros, camiseta y una gorra de béisbol, y con el maletín del Stradivarius delante suyo para que tirasen monedas o billetes, en una concurrida estación de metro de Washington una fría mañana de enero de 2007 para tocar durante 43 minutos varias obras maestras que requieren una notable técnica para su interpretación. El experimento se filmó con cámara oculta. ¿Que ocurría? Se preguntó Weingarte. ¿Pasaría desapercibido o sería reconocido? Leonard Slatkin, director de la Orquesta Sinfónica Nacional de EE UU vaticinó que recaudaría unos 150 dólares y que, de mil personas, 35 lo reconocerían y se formaría un corrillo de admiración.
Nada de eso ocurrió. De las poco más de 1000 personas que pasaron por delante del músico solo 27 le dieron dinero casi sin pararse a escucharlo, nadie le reconoció y en total ganó 32 dólares. Hacía tres días que Bell llenó el Boston Symphony Hall a 100 dólares la entrada. “Era una sensación extraña, la gente me estaba… ignorando” declaro Bell y dijo que se sentía “extrañamente agradecido” cuando alguien le tiraba unos centavos. Lo peor de todo, según él, fue que nadie le aplaudía cuando terminaba la pieza.
Esta claro que una estación de metro en hora punta no es el mejor lugar para apreciar la música en su valor, pero no deja de ser chocante que nadie se diese cuenta de que, tanto el interprete como las obras, eran de muy alto nivel. En el vídeo de más abajo se puede comprobar esta circunstancia. Esta claro que el contexto sí importa. Weingarten recibió el Premio Pulitzer en 2008 por su artículo.
Artículo de El País de abril de 2007.
Anexo: aunque en el artículo de periódico del enlace de más arriba menciona que nadie le reconoció, en el vídeo parece que sí fue reconocido por una mujer.