Joshua Redman Quartet, Come What May (Nonesuch Records, 2019)
A la espera de la nueva grabación como líder del saxofonista Joshua Redman (un proyecto realmente interesante que se referenciará con el título de Joshua Redman and Brooklyn Rider, Sun on Sand, con música compuesta y arreglada por Patrick Zimmerli junto al cuarteto de cuerda Brooklyn Rider. Joshua Redman y el cuarteto de cuerda Brooklyn Rider interpretarán ocho composiciones procedentes de una suite escrita por Zimmerli, y en donde contará con la colaboración del contrabajista Scott Colley y el baterista Satoshi Takeishi. Esta suite fue presentada en primicia en su momento en el año 2014 en el reputado auditorio Wigmore Hall de Londres), en Jazz Recordings hemos disfrutado de su último proyecto, el Joshua Redman Quartet, Come What May, música en formato de cuarteto y acompañado por el pianista Aaron Goldberg, el contrabajista Reuben Rogers y el baterista Gregory Hutchinson, músicos con los que ya grabara en su momento los discos Beyond y Passage of Time. Y es que Come What May (cuya traducción es, “pase lo que pase”) es una auténtica delicia de principio a fin y todo ello a base de un repertorio salido de la pluma del propio saxofonista. La relación musical de los integrantes del cuarteto proporciona grandes momentos de deleite interpretativo, comenzando por el líder de la sesión que nos proporciona su característico sonido, una manera de ejecutar que lo hace perfectamente reconocible muy especialmente en los momentos que le gusta la combinación y la alternancia de las notas más agudas, tan solo hay que escuchar el despliegue que lleva a cabo en el tema “Vast” (sin lugar a duda uno de los mejores temas de la grabación) o el título que da nombre al disco, un tema reflexivo y meditativo que acredita la altura no solo interpretativa sino también compositiva de Redman.
Photo by David Fokos.
Sabiendo lo que vamos a esperar de Redman, un músico contrastado y solvente, igualmente hay que mencionar la extraordinaria aportación de Aaron Goldberg, Reuben Rogers y Gregory Hutchinson, a los que el líder les confiere un espacio importante para su lucimiento. Goldberg, que es un excelente pianista y que por desgracia no tiene el reconocimiento que se merece, demuestra en muchos momentos unas superlativas prestaciones como músico acompañante (hay que recordar que Goldberg tiene sus propios proyectos como líder) todo ello apoyado por los músicos de la sección rítmica. Así mismo destacar la estupenda portada del disco, una fotografía completamente minimalista del fotógrafo David Fokos y que sin duda alguna sirve de excelente reclamo visual sin menospreciar el reclamo musical que conlleva la grabación de Joshua Redman. Altamente recomendable.
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