Recientemente se ha publicado el caso de una joven donante de ovocitos que, con tan solo 23 años, falleció en la mesa de operaciones durante un procedimiento rutinario. La fallecida, antes de realizar los procedimientos pertinentes a la donación, fue sometida a diversas pruebas, no tenía factores de riesgo, no había historia previa de aborto, diabetes, hipertensión, asma, alergias, alcohol o tabaco, ni presentaba sonidos cardiacos ni respiratorios anormales… Por lo que, la paciente era una mujer joven y sana.
La donación de ovocitos es cada vez más frecuente por el aumento de la demanda de la fecundación in vitro (FIV). No obstante, las técnicas de reproducción asistida pueden desencadenar numerosas complicaciones durante o después de la recuperación de ovocitos. Algunas de ellas, según un artículo publicado en el National Library of Medicine, son el SHO, torsión ovárica, infección, rotura de quiste ovárico, reacción adversa a la anestesia intravenosa, sangrado intrabdominal después de aspiración, atonía vesical o hematuria.
Por esto, debe informarse exhaustivamente a las mujeres que acceden a estas técnicas de este riesgo, máxime cuando son demandadas no para resolver un problema de esterilidad sino exclusivamente para donar ovocitos o criopreservarlos cuando mujeres fértiles deciden posponer la maternidad recurriendo a las técnicas de reproducción asistida.