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“Tras una semana comprobando que el alcohol, el ruido y el gentío distraen pero no tapan la tormenta interna, una noche en mi casa, en mi pueblo, en mi cama y en silencio. Asusta un poco este puto silencio.”
MANUEL PUJANTE
A Manuel Antonio Sánchez-Pujante Fernández
El alcohol, el ruido y el gentío,la barahúnda loca de concienciasvomitando en el suelo —adolescenciasabsurdas, demoradas—, griteríode zanguangos campando a su albedrío,organizando grescas y pendenciasbrutales —sin medir las consecuenciasde sus tercos desmanes—, plumeríode armarios que te buscan, te magrean—y de pronto se hacen los machitospara disimular—, y ahí sentado—mirando a nadie, absorto y apartadode cuantos a tu alrededor vocean—tú, intentando abstraerte entre sus gritos.