Reinier Alejandro Fernández (foto del autor)
LA HABANA, Cuba. -Reinier Alejandro Fernández (La Habana, 1979), graduado de la escuela de Fotografía Profesional de la UNEAC en el 2003, es uno de los pintores de formación autodidacta, cuya obra artística es totalmente independiente.
Actualmente Reinier reside con sus padres en un edificio de Micro-brigada en la calle 25, entre A y B, en el Vedado. El pintor fue excluido de los órganos culturales estatales por ser uno de los firmantes del Proyecto Varela en el 2002, y dirigir una carta al que fuera Ministro de Cultura (1997- 2012), Abel Prieto, en la que le solicitaba un espacio cultural para los creadores independientes que ayudara a la promoción con exposiciones en galerías, ferias y parques.
Desde 1998 este joven creador tuvo que ganarse la vida, primero con la venta de sus dibujos, y después, de sus pinturas. “Jamás he recibido apoyo de las autoridades culturales de la isla, pues me consideran un desafecto”. Y añadió: “La ayuda y la divulgación sólo están reservadas para aquellos que comulgan sumisamente con el oficialismo”.
Seguidamente explica el artista: “En cuanto a los pintores independientes, tenemos que comprar un rollo de lienzo que oscila entre los 260 y los 400 CUC en las tiendas en divisas. En cambio, los oficialistas lo consiguen por 60 CUC, siempre y cuando se dejen utilizar por la maquinaria oficialista de propaganda, que además se encarga de promocionarlos como una falsa vanguardia que no existe”.
Reinier Fernández agradece la amistad establecida con otros creadores que lo ayudaron a proyectar algunas ideas en pequeño formato, llegando a perfeccionar el estilo del autorretrato y el abstraccionismo surrealista, una influencia que lo distingue estéticamente. Dentro de sus creaciones más apreciadas se encuentran: la Marina Ernest Hemingway, María Carla, Continuidad, Platanoes, Lea y el Guajiro Tabaquero.
Otro de los artistas plásticos excomulgados por el régimen fidelista, y sus acólitos, es Lázaro Alberto González, de Buena Vista, en el municipio Playa, graduado en la academia San Alejandro, caricaturista y antiguo colaborador de DDT, quien nos refiere: “Muchos pintores se ven limitados a la hora de comprar los materiales que necesitan, casi siempre de segunda- y más bien para aficionados, que son más caros aquí que en cualquier parte del mundo. Para los artistas plásticos, consagrados al sistema, existe un determinado subsidio de materiales de pintura, reciben un salario y la promoción, conformada por la propaganda culturalista de la dictadura, la cual además les otorga una patente de corso al incluirlos en el Registro de los Creadores, a fin de facilitarles la compra de materiales a bajo precio”.
También el laureado pintor güinero, José Luis Medina, un crítico de la dictadura, que en varias de sus obras ha reflejado el deterioro de su natal Güines, se ha quejado de la asfixia a la que es sometido por la maquinaria de la censura. En esa ocasión dijo: “No es justo que los pintores que producen excelentes obras sean confinados a una feria que las autoridades permiten en La Habana Vieja, donde los creadores para poder comercializar las obras, tenemos que prescindir de nuestras firmas y ofertarlas a muy bajo precio a intermediarios que lucran a costa de nosotros, con el auspicio del gobierno comunista”.
Tanto Reinier, como Lázaro Alberto, y José Luis, y todos aquellos que no comulguen con el oficialismo, están condenados al silencio, exceptuados de participar en los murales colectivos, y privados del derecho a incluirse en el Registro de Creadores, despojándolos de las facilidades que se otorgan para adquirir a precios módicos los materiales de pintura necesarios: tubos, pinceles, lienzos y marcos.
Como tantos creadores en Cuba, estos pintores sufren por la discriminación cultural, y el anquilosamiento que invaden el Consejo Nacional de Cultura, el Departamento de Orientación Revolucionaria, el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográfica (ICAIC), la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), y el CODEMA. Estos aparatos burocráticos son como verdaderas mordazas que secuestran el arte, convirtiendo las opciones de la Cultura cubana en una mera proyección de la política comunista.
Via:: Cubanet