Revista Religión
Seguido se escucha que la juventud es el futuro del mundo y que nosotros [me incluyo] somos la semilla que, de una u otra forma, podremos o modificar nuestro entorno o seguirlo enviciando. En parte es cierto, en parte no. Explico mi perspectiva.
Todo el planeta está siendo testigo de constantes manifestaciones [los indignados en España, la ocupación en Wall Street, la primavera Árabe, el #Yosoy132 en México o la de por la paz organizada por la UdeG -Universidad de Guadalajara, México-] que protestan y piden, sin violencia, un mejor gobierno y más seguridad e incluso verdadera neutralidad a la hora de informar de parte de los medios masivos.
Es válido decir y opinar lo que uno piensa y, desde luego, expresar nuestro descontento pero considero que ésto no es más que una llamarada de petate [o de paja].
Usamos esta expresión para mencionar que un suceso pasó con intensidad pero velozmente aludiendo a lo rápido que consume el fuego al petate [alfombra tejida con fibra de palma de petate]
¿Por qué lo digo?
Siguiendo con la sintonía de lo que dicen de la juventud muchos analistas, columnistas y politólogos aplauden que en las recientes manifestaciones públicas la juventud, chicos entre dieciocho a veinticinco años, suelen ser mayoría. Los jóvenes han despertado, quieren algo diferente... eso es lo que se dice pero ésto siempre ha sucedido.
Los que hoy nos gobiernan, los poderosos del Orbe en su momento de juventud realizaron técnicamente lo mismo. Ellos en los sesentas-setentas se quejaron de sus gobernantes. Ahora, pues, repetimos y repetiremos la misma historia.
Y es que quienes hoy aseguran pedir cosas diferentes se asemejan a aquellos que pedían lo mismo y cuando éstos llegaron al poder olvidaron todo. Considero, por tal, que ir por las calles con carteles abogando porque el gobierno cambie su manera de dirigir no sirve para nada.
Es válido, de acuerdo, y cada quién puede y debe manifestarse como quiera [siempre que no sea de manera violenta] pero ¿realmente ésto generará un cambio? Crea revoluciones, reformas que al paso de los años los jóvenes que protestaron olvidan fácilmente al ascender al poder.
Ya ha sucedido, sigue ocurriendo y es seguro vuelva a pasar. El poder y el dinero afecta hasta al más justo de los justos.
Imagen | Medios UdeG^_^ Gracias por elegir seguir el bLog de miguE ^_^