La esclavitud que mantienen (con frecuencia) los adolescentes a las marcas y las modas, a menudo se había relacionado con "una conducta materialista" aprendida de los padres y de sus iguales.
Sin embargo, hace poco leí una información que reseñaba un estudio de la Universidad de Arizona (EEUU) el cual propone una visión distinta, y han analizado la manera en cómo los padres y compañeros influyen para que los adolescentes no necesiten consumir tanto.
Los resultados del estudio revelan que los chicos que se sienten bien consigo mismos y que cuentan con padres y compañeros que los apoyan afectivamente son menos materialistas. "Quizá gracias a este apoyo, los adolescentes descubren que el verdadero valor está en su interior, y no en el valor de lo monetario de ciertos objetos de consumo".
Fuente: Revista Mente Sana
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