No es la primera vez que escribo de María Ovín Carrera, a la que conozco desde que iba en la barriga de Josefina y verla comenzar en el difícil mundo de la música, eligiendo nada menos que el violín, conservando aún su primer piccolo. La he visto crecer como persona y como intérprete, sintiéndome orgulloso como si de una ahijada (afiá decimos en Asturias) más se tratase.
Sigue trabajando duro, actualmente en Londres, y la recompensa siempre llega. Este verano y ¡por quinta vez! vuelve a ser concertino de la JONDE, y otro año más con la Gustav Mahler Judgenorchester. Y lo que son las cosas, el pasado sábado 20 de agosto actuaron en Salzburgo dirigidos por Sir Colin Davis (maestro de mi querido y admirado Pablo González), tras su paso por Bolzano, este lunes 22 en Dresde y esperándoles todavía los PROMS londinenses el 24 de agosto. Todo un lujo de Tour veraniego con un grande de la dirección que añadir a su ya amplio currículo.
Fue con su padre José Manuel, más el siempre querido y recordado Lolo, junto a mi tío Paco, con quienes disfruté allá por abril de 1990 de la Filarmónica de Viena dirigida por Sir Colin en el Grosses Festspielhaus de Salzburgo dentro del Festival de Pascua de aquel año, con un programa que todavía guardo firmado por el gran director inglés (abajo dejo las fotos) con una Segunda de Brahms que me hizo llorar de emoción.
Quién nos iba a decir que "nuestra María" actuaría también ahí y con el mismo director 21 años después... Parece un sueño pero en la vida nada es imposible y la esperanza unida al trabajo es lo que tiene.
Un orgullo poder presumir de estas familias, con otras que comienzan a dar frutos, caso de otro fenómeno al que sigo igualmente de cerca: Ignacio Rodríguez, alumno de Boris Belkin en Maastrich, que a este paso también se nos marchará a estudiar fuera (¡qué país tenemos!) y este verano fue admitido ¡junto a sólo otros 16 alumnos! en la Academia Musical Chigiana donde ha seguido trabajando con su maestro. Aquí dejo un par de documentos gráficos de mi querido Don Ignacio, otro afiáu.
Jóvenes, violinistas, asturianos, estudiando duro con el apoyo incondicional y el enorme esfuerzo de sus familias (sin ellas sería imposible) para labrarse un sitio en el siempre difícil mundo de la interpretación musical. Siempre un placer saber de ellos y poder presumir de exportar talento musical asturiano en casi todos los campos...