




Un orgullo poder presumir de estas familias, con otras que comienzan a dar frutos, caso de otro fenómeno al que sigo igualmente de cerca: Ignacio Rodríguez, alumno de Boris Belkin en Maastrich, que a este paso también se nos marchará a estudiar fuera (¡qué país tenemos!) y este verano fue admitido ¡junto a sólo otros 16 alumnos! en la Academia Musical Chigiana donde ha seguido trabajando con su maestro. Aquí dejo un par de documentos gráficos de mi querido Don Ignacio, otro afiáu.

