Jovenes y Brujas, Un remake sin gancho

Por Enrique Bellón.

Llega a nuestras pantallas una nueva historia de brujas, basada en la exitosa película de 1996 y adaptada a nuestra época, "Jovenes y Brujas" retoma la historia de este aquelarre de cuatro brujas adolescentes que se encuentran desplazadas en su instituto para contarnos una historia mucho más light y feminista que la de su predecesora de los 90. Jovenes y Brujas, Un remake sin gancho Y es que los tiempos cambian, así como las historias. Aunque el punto de partida es el mismo, tres amigas que quieren ser brujas preparan hechizos y comparten su fascinación por lo oculto, pero les falta algo. Cuando se incorpora a su instituto una chica misteriosa con la que enseguida conectan, la joven será la pieza que les faltaba para desatar todo su poder. Lo que comienza siendo como un juego y un entretenimiento se va complicando, a medida que empiezan a desatar su poder y a realizar hechizos más complejos. Jovenes y Brujas, Un remake sin gancho
La historia posee caras conocidas en los papeles de la madre de nuestra protagonista (la siempre solvente Michelle Monagan) y en el papel de su padrastro, un hombre muy macho encarnado por el ya talludito David Duchovni, que se pasa la película en pijama y que posiblemente sea lo más flojo de toda la historia.
La simpleza de la historia, unido a un relato demasiado "blanco", no ayudan a que la película despegue. Convirtiéndose en un entretenimiento adolescente que no acaba de convencer. Ni los efectos, ni la historia (absolutamente previsible y simple), ni los actores sostienen los suficiente una película que aunque trae el sello de la factoría Blumhouse no deja de ser un intento fallido de remozar este clásico adolescente de los 90. Jovenes y Brujas, Un remake sin gancho
Los toques de feminismo y el sesgo en que todos los hombres son malos, y todas las mujeres son buenas tampoco está demasiado bien llevado. En resumen una película fallida que no justifica su visionado ni como película con entidad propia ni como remake.