Revista Cine
Título original:
Joy
Año:
2015
Fecha de estreno:
08 de Enero de 2016
Duración:
124 min
País:
Estados Unidos
Director:
David O. Russell
Reparto:
Jennifer Lawrence, Robert De Niro, Isabella Rossellini, Diane Ladd, Édgar Ramírez, Virginia Madsen, Bradley Cooper
Distribuidora:
Fox
Últimamente escuchar el nombre de David O. Russell es sinónimo de Oscars. Desde The fighter, el director goza de un sitio privilegiado en los premios de la academia y sus nominaciones, habiendo conseguido unas 25 nominaciones con sus tres últimas películas. Curiosamente, en paralelo sus películas desde 2010 han ido adquiriendo peor consideración de cara a la crítica (mundo aparte merece Accidental Love, por los problemas con la productora y montaje no autorizado) y culminando con Joy, la para mí peor película de cuantas he visto del director.
Basada muy libremente en la vida de Joy Mangano, actualmente uno de los rostros más conocidos de la teletienda americana y una inventora muy prolífica de productos del hogar, Russell peca de muchas cosas durante el mentraje de su nueva película, pero sobre todo primordialmente de confiar muy poco en la historia de alguien que pretendes sea el centro de tu película. Se adorna demasiado la historia y acaba perdiendo intensidad y hasta razón de ser, convirtiéndola en la enésima muestra del sueño americano sin un ápice de alma humana en su metraje. Una contradicción bastante severa. Para empezar, y supongo que para embellecer el relato, decide contarlo como si de un cuento se tratase, con un narrador omnisciente pero encarnado por un personaje de la película, la abuela de la protagonista. Esto, por muy bonito que quede sobre el papel, hace que en ciertos tramos la película pierda veracidad, pues ciertas situaciones es imposible que estén contadas por dicho personaje (por no aparecer en ellas), lo que hace de dicho recurso algo innecesario y contraproducente.
Tampoco está muy acertado en esta ocasión David O. Russell (quien también escribe el guión junto a Annie Mumolo) en la presentación de personajes, en concreto me chirrían los del padre y el personaje de Isabella Rossellini, muy poco acordes con el devenir de los mismos. Los presentan como personajes estridentes y hasta caricaturescos, cuando luego forman una parte importante de la trama y nada acorde a dichas excentricidades. En general el tono cómico de la película es bastante irregular, asemejando el resultado a la telenovela que tiene obsesionada a la madre de Joy: algo sin alma, prefabricado y poco productivo.
El personaje de Joy pasa de ser timada a experta en finanzas y leyes laborales de la noche a la mañana, frente al estupor del espectador. Personalmente pienso que le hace flaco favor este biopic a la figura de la señorita Mangano, pues se intuye su historia bastante más atractiva e interesante que el resultado final de la película. Un director más preocupado de cómo va a lucir la película que de ser fiel al personaje que va a retratar, y que, encima, no acaba luciendo como se hubiera deseado.Si La gran estafa americana ya flaqueaban sus fuerzas, en Joypega un paso en falso. De nuevo lo más destacado son las actuaciones de los actores y actrices principales, lideradas por una Jennifer Lawrence que pese a su juventud va camino de su cuarta nominación al Oscar (la que sería la tercera por una película de David O. Russell). Con estas datos, normal que haya dicho que quiere hacer películas con el director hasta el fin de los tiempos. Y eso pese a mala fama de él y sus peleas con actores.
Joy no pasará a la historia ni como una de las mejores películas del director, ni de su actriz ni siquiera como ejemplo del sueño americano, y simplemente queda al entretenimiento liviano y curiosidad del espectador por la historia de una ama de casa que luchó y cambió su rumbo en la vida. Pero como David O. Russell no reconduzca pronto su carrera, puede que su vida, más que el sueño americano, acabe reflejando el declive de este mismo, a la manera de la ciudad de Detroit.
5,5/10