Revista Religión

Juan bonifacio, maestro de san juan de la cruz en medina

Por Joseantoniobenito

JUAN BONIFACIO, MAESTRO DE SAN JUAN DE LA CRUZ EN MEDINA

JUAN BONIFACIO, MAESTRO DE SAN JUAN DE LA CRUZ EN MEDINA

Les comparto este artículo que redacté para EL NORTE DE CASTILLA en 1991

Antes, les pongo los datos biográficos del gran humanista Juan
Bonifacio, (ca. 1538-1606).http://www.mcnbiografias.com

Humanista español perteneciente a la Compañía de Jesús, nacido en San
Martín del Castañar (Salamanca) hacia 1538 y fallecido en Villagarcía
de Campos (Valladolid) el 4 de marzo de 1606. Estudió artes en Alcalá
de Henares y cánones en la Universidad de Salamanca; allí, en 1557, se
hizo jesuita. Desde Salamanca, pasó al recién abierto noviciado de
Medina del Campo el 1 de agosto de ese mismo año; en este centro, al
tiempo que se formaba hizo las veces de profesor de gramática y
retórica hasta 1567, en que marchó al colegio que los jesuitas
acababan de fundar en Ávila, en donde estuvo hasta 1576 y desarrolló
los fundamentos principales del método de enseñanza que le daría fama
inmarcesible; para ello, Bonifacio renunció a los estudios mayores, lo
que le permitió dedicarse de lleno a la enseñanza de los más jóvenes.
En 1576, pasó a enseñar humanidades en la Universidad de Valladolid,
institución que lo tuvo en sus aulas hasta 1592; desde Valladolid,
animó también la fundación del Seminario de Letras Humanas de
Palencia. En 1592, comenzó su última etapa como profesor regular en el
colegio que la Compañía de Jesús tenía en Medina del Campo; por fin,
en 1600, marchó a la que sería su última morada, el noviciado de
Villagarcía de Campos, en el que aún hubo de dar algunas clases de
forma intermitente. En conjunto, la labor pedagógica de este humanista
de la Compañía de Jesús debe tildarse de revolucionaria por su método
para formar al joven cimentado sobre una profunda base humanística; a
esta peculiar pedagogía, la conocemos como el Ratio studiorum, que de
inmediato harían suyo los jesuitas. En sus escritos teóricos, se
adivina en Bonifacio la lejana herencia de Juan Luis Vives y aun a
Erasmo, tamizados ambos, eso sí, con el fuerte cedazo de la
Contrarreforma.
Cuando en 1584 el padre Acquaviva, general de la Compañía, nombró una
comisión para la redacción definitiva del Ratio, abundaron los nombres
españoles, como español había sido el padre la Compañía de Jesús y
también lo era el creador de este método pedagógico: Laínez, Polanco,
Nadal, Borja, Diego de Ledesma, Jerónimo de Torres, Francisco de
Toledo, José de Acosta, Juan de Mariana, Fernando Pérez, Juan
Maldonado y Benito Pereira. La consagración de la Ratio también se
debió a otro jesuita español, Pedro Ribadeneyra, en su Illustrium
Scriptorum Religionis Societatis Iesu Catalogus (1608). Desde ese
momento, la fama de este insigne pedagogo será extraordinaria dentro y
fuera de los centros de educación de los jesuitas.
Entre las obras de Bonifacio, hay que citar la Christiani Pueri
Institutio (1575), con una tercera edición en que el peso ejercido por
Trento le obliga a rechazar la lectura del comediógrafo latino
Terencio, omnipresente en los cánones de lectura medievales y
renacentistas; "Terentio relegando, potius quam relegendo" fue también
la repetitio leída por Bonifacio el primer día de curso (día de San
Lucas) en Medina, el 22 de noviembre de 1557. En De sapiente Fructuoso
epistolares libri quinque (1589), continúa con su empresa pedagógica y
moralizante de los jóvenes; también escribió sobre la vida y los
milagros marianos una obra titulada Historia Virginalis de Beatissimae
Mariae perpetuae Virginis Matris praepotentis Dei vita et miraculis
(1605); por fin, se conservan varias epístolas y discursos suyos en
defensa de la elocuencia, la poesía y los studia humanitatis, acerca
de la predicación y su técnica, así como sobre la mesura en la
aplicación de castigos físicos en la educación infantil. La lectura de
Bonifacio fue común en todos los centros jesuíticos de Europa,
particularmente en España y Alemania.
Bibliografía: Incluso hoy, a pesar de la fecha en que se escribió el
libro y de la ideología política de su autor, sigue siendo deliciosa
la lectura del padre F. García Olmedo, Juan Bonifacio (1538-1606) y la
cultura literaria del siglo de oro, Santander, 1938, que incorpora un
resumen breve de cada obra y una amplia muestra del contenido de sus
epístolas, aunque en traducción parafraseada las más de las veces.

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