Revista Insólito

Juan Caballero

Publicado el 02 diciembre 2016 por Monpalentina @FFroi
Juan Caballero El palentino Juan Caballero Villullas es un actor. De teatro, televisión y cine. Lo último en teatro, “Lavar, marcar y enterrar”, estos días en el madrileño teatro Lara. Lo último de TV, “La Sonata del silencio” (2015). Lo último de cine, el cortometraje “Velatorio (Barroco)”, de Aitor de Miguel, (2016).
Y aún más conocido por su participación en spots publicitarios televisivos, especialmente el último de Movistar. Bien. El asunto no es su curriculum, que crecerá, ni sus éxitos, que ya están ahí, y que en la vida de un actor van y vienen, como en cualquier otra faceta profesional. El asunto no es por ser palentino, puesto que esta tierra tiene un puñado de buenos actores repartidos por la escena, en la diáspora palentina y también en nuestra ciudad. Si traigo a esta columna a Juan es porque habiéndolo conocido desde su adolescencia, representa para mí un paradigma, uno más, del deseo de ser actor.
Me he preguntado muchas veces qué hace al deseo de ser actor, de qué naturaleza está hecho ese deseo. Dicho de otro modo, por qué razón alguien iba a querer dedicar una vida, a tiempo completo, a representar un personaje diferente al propio. Más si se tiene en cuenta que no es posible participar en el teatro social de cada día sin representar el personaje social que hemos ido aprendiendo a representar con mayor o menor éxito, el semblante debido, mentiroso, pero necesario para la política del lazo social. Si ya es costoso levantarse cada día, ponernos los ropajes correctos y salir a fingir a la calle respetando a su vez el semblante del de enfrente, aceptando sus mentiras a sabiendas que son parecidas a las nuestras, cuanto más difícil ha de ser dedicar unas horas al día a aprenderse un papel y meterse en la piel de ese personaje con realismo profundo, sea Hamlet, o el personaje de ruso que vi representar a Juan Caballero la otra noche en el Lara. Y aún más prepararse con disciplina para adecuar el cuerpo a las exigencias del trabajo de actor, incluyendo la mirada, la voz y el gesto, y subir a un escenario incluso cuando se tiene un día malo.
Y muchas veces me he respondido, que el oficio de actor sólo está al alcance de unos pocos. De unos pocos que desean, (incógnito y enigmático deseo) transportarnos por unos fugaces minutos a las tragedias y comedias del vivir humano. Entre esos pocos, Juan Caballero, palentino en la diáspora.
Juan Caballero
De la sección del autor en "Curiosón": "Vecinos ilustrados" @Aduriz2016


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