Por: Agustín Manuel Martínez
Hoy reseño una novedad editorial de enorme interés, la biografía autorizada del eminente compositor y arreglista cántabro Juan Carlos Calderón
Podemos leer Juan Carlos Calderón, ¿Quién eres tú? gracias a Editorial Milenio, la cual, parafraseando el título de su canción más conocida, la eurovisiva "Eres tú", ha puesto a disposición de todos la tesis (en formato totalmente "legible") de la doctora en Musicología Mar Norlander.
El autor que nos ocupa debe figurar en el olimpo de los grandes compositores en lengua castellana de la "CCM", como denominan y clasifican en EE.UU., la música contemporánea comercial, junto, por supuesto, al binomio de compositores José Luis Armenteros y Pablo Herrero, el mexicano Armando Manzanero, apodado "El Rey del Romanticismo", Augusto Algueró, (estos últimos fallecidos) y junto con el andaluz Manuel "Alejandro" (Álvarez Beigbeder, nacido en 1932, aún entre nosotros, larga vida al gran maestro), quienes con Ramón Arcusa/Manuel de la Calva, José Luis Perales, conforman una pléyade de autores prolíficos de una calidad musical innegable y excelsa.
Sólo como datos curiosos, y puestos totalmente en barbecho, porque han sido extraidos de fuentes de internet (que como sabemos, no son todo lo fiables que deberían), a continuación expongo el "ranking" de número de canciones compuestas por los citados autores, (como vemos, muy prolíficos todos, unos más que otros, verdaderos "Telemann" de la música actual). Se observa que el compositor que hoy nos ocupa entra en el podio final con medalla de bronce a autor más fecundo o productivo:)
Armando Manzanero: +400
José Luis Perales: +500
Manuel Alejandro: +600
Dupla Armenteros /Herrero:+700
Juan Carlos Calderón: +800
Dupla Arcusa/de la Calva: +1200
Augusto Algueró: +1500
Supone una verdadera tarea pendiente de la pedagogía musical hispana el que este tipo de música tan interesante e importante se integre plenamente en el repertorio que se trabaje en los conservatorios. Una vez más en las universidades nos toman la delantera, pues, como dice su prologuista, Celsa Alonso, se hace con esta investigación "justicia académica a uno de los grandes compositores españoles de música popular", y en palabras de Emilio Santamaría, "el mayor genio de la música popular que ha habido en España en los últimos tiempos".
Se queja su autora, no sin razón, que si Calderón "hubiera nacido en un país anglosajón, habría al menos media docena de libros sobre su vida y obra: compositor, productor, arreglista, director, pianista... y un gran letrista". Me encanta cuando expresa que "indagar en la música popular española cercana al mainstream desde el ámbito académico no acaba de cuajar en ciertos sectores más conservadores. Quizás nos falta autoestima colectiva, al contrario que en la cultura anglosajona, que valora su patrimonio y está en constante búsqueda y catalogación de su acervo cultural, tratando con la misma rigurosidad la música popular y la música académica o canónica".
Ciertamente es muy triste que no se programe más en los conservatorios la gran música de genios a la misma altura de los llamados compositores "académicos, clásicos o cultos" como Duke Ellington (genio de la orquestación a la altura de Ravel, por ejemplo), Cole Porter (genio de la construcción armónica), o Richard Rogers (genio que desborda lirismo melódico a borbotones), o Kurt Weill (genio también profuso en melodías desbocadas a raudales), o Thelonius Monk (genio del uso del silencio "místico" o la ubicación estratégica de tensiones) o Astor Piazzolla (genio de la rítmica pasional), o Antonio Carlos Jobim (genio de la modulación que se desplaza raudamente de un lugar a otro "como un gato", casi a lo Fauré), por citar sólo algunos...
Poco después hay una comparativa muy sintética realizada por Luis García Gil y Carlos Toro Montoro, que lo incluyen en el "trío de gigantes" (junto con Algueró y Alejandro), precisando en sus opiniones nombrando como el mejor compositor a Algueró, a Alejandro como mejor letrista y a Calderón como "el más osado y el más completo".
Muy interesante para los amantes de conocer su implicación en las primeras épocas del jazz en España. Dejo como ejemplo esta soberbia composición arreglada voz a voz por Calderón para que se juzgue su intricada armonía, su avanzado concepto para la temprana fecha en que se publicó:
No sé si seré el primero en señalar las concomitancias armónicas de Eres tú con el segundo movimiento de la sonata para piano, apodada Patética, op. 13, de Beethoven (1798) o de la anterior Plaisir d´amour de Jean Paul Égide Martini (1784). Las hallamos en la primera frase melódicamente (procediendo cuasi en inversión), en su modulación a la dominante, pero sobre todo con la parte del estribillo y aún más con la última frase de éste (esquema armónico V, V/IV, I/III, IV, I/V, V, I). En cualquier caso, es sabida su formación en conservatorio, su amor declarado por Bach, Beethoven, Chopin (como la inspiración del incipit melódico de Cartas amarillas para Nino Bravo en el segundo nocturno del polaco) o Debussy y que realizó arreglos muy curiosos, incluso avanzados para su tiempo sobre obras de este ámbito, como muestra un botón:
Recomiendo comenzar el libro justo por sus últimas páginas, por ese interesantísimo epílogo que escribe su hermana y colaboradora del maestro en sus últimos años, Teresa Calderón, donde nos retrata su faceta más íntima y personal, más humana. Calderón opinaba que "ser persona es más importante que la propia música, pues de ello depende el éxito. Los que no llegan a una talla personal, no llegan tampoco a ser músicos de talla". Ahí queda. Añado estas palabras suyas también: "no he dejado de soñar, ni de construir felicidad para quien haya querido escuchar mi trabajo. He tenido mucha suerte, pero me lo "he currado"".Esta publicación es una delicia. Su lectura se hace más amena a medida que se avanza en su vida. Era una persona muy lúcida, con opiniones muy críticas y sinceras sobre la vida musical española que siguen vigentes hoy en día. Habla también de la distinción de componer en España o fuera de ella o trabajar con artistas de diversas nacionalidades.El libro es un compendio de informaciones la mayoría inéditas fruto de un trabajo investigador encomiable. Es un verdadero repaso por la historia reciente de la música moderna española, donde van desfilando muchísimos cantantes (con el contexto previo incluso de cada uno), de ahí que sea tan interesante esta publicación. Si te gusta la música de Elia Fleta (hija del celebérrimo tenor), el Dúo Dinámico, Aute, Serrat, Raphael, Dyango, Karina, Masiel, Mari Trini, Nino Bravo, Cecilia, Victor Manuel, Ana Belén, Paloma San Basilio, Ricky Martin, Chavela Vargas, y un larguísimo etcétera, debes leer este libro.Todas las principales canciones están analizadas o comentadas con rigor y precisión, o en las palabras de Mar Norlander "hecho desde la veracidad, el rigor, el respeto y la ética".Un capítulo muy interesante (que en las conclusiones indica con mucho acierto que se puede ampliar en futuras investigaciones) es el del tandem Calderón-Luis Miguel. En la cima de su éxito, en la cúspide de sus facultades el compositor colaboró en muchas ocasiones con el cantante llevando a cabo unas obras musicales y unos arreglos espectaculares.Nos quedamos con la curiosidad de saber cómo sonaría ese último proyecto de un disco para Isabel Pantoja con letras de García Lorca (se incluye la carta que le dirigió), y como indica su autora, son seguro gemas que conserva su hija Teresa y que valdría la pena que alguien quisiera afrontar ese propósito. Desde aquí animamos a que quien deba sentirse aludido lo haga y fructifique. Estoy convencido que una obra tal merece ver la luz.También hay que leer con mucha pausa y dedicarle mucho tiempo a reflexionar a las páginas 316 y ss. en las que desgrana en unas notas personales para una conferencia, "Mi aventura musical", su método, sus ideas sobre el proceso y el acto creativo, cónstrucción de una canción, técnicas prácticas con el intérprete... Destaco esta frase suya porque es también todo un resumen: "Compuse (...) lo que me motivaba de la gran música y que me ha servido para la música de cine y por supuesto, estudié obras clásicas, escalas, arpegios, posición fija, ejercicios, etc., pero llegó el jazz a mi vida y me inoculó su veneno. Me hice adicto a él, pero nunca olvidé lo sinfónico, pues la base de toda la música, jazz,, etc..." Pide que tomemos sus palabras no como consejos sino como anécdotas de un músico "que más que músico es "música" y que ha entregado su vida al arte".Quiero cerrar esta reseña con las emotivas palabras de su hijo tocayo u homónimo, el cual escribió muy certeramente (fíjense además en el bello juego de palabras de parafrasear títulos de algunas de sus más bonitas canciones): "Primero fue pionero del jazz en un país y unos tiempos en los que lo único que se escuchaba por la radio era la copla. Más tarde ayudó a construir el género de la música pop melódica en español y la difundió por todo el mundo (...) "Eres tú, papá, la persona que, con tu amor "Incondicional" a la música compusiste parte de la banda sonora de nuestras vidas y, aunque tu partida nos deja un vacío "Frío como el viento" y aunque ahora "Es mejor decirse adiós", he de decir que la "Fiesta no terminó" en absoluto, que tu música seguirá sonando en nuestro corazón. Gracias por ser una persona "Nacida para amar" la música".MÁS INFO:
Primeras páginas de ¿Quién eres tú?
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Nino Bravo, voz y corazón