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Juan Carlos Onetti: "La novia robada"

Publicado el 25 diciembre 2025 por Juancarlos53

Juan Carlos Onetti: "La novia robada"

«Era imposible que toda la ciudad participara en el complot de mentira o silencio. Pero Moncha estaba rodeada, aun antes del vestido, por un plomo, un corcho, un silencio que le impedían comprender o siquiera escuchar las deformaciones de la verdad suya, la que le habíamos hecho, la que amasamos junto con ella.»


Juan Carlos OnettiLa calidad jamás guarda relación obligada alguna con la extensión. Lo sabemos desde siempre. La bondad de un libro no depende de su tamaño. Siendo verdad, sin embargo es cierto que hoy se publican en ocasiones libros de gran número de páginas y virtudes literarias más que cuestionables; igual que se publican otros mucho más breves cuya bondad es por todos alabada. Como digo no es regla de oro, pero no cabe echar en saco roto el dicho popularizado por Baltasar Gracián de "Lo bueno, si breve, dos veces bueno; y aun lo malo, si poco, no tan malo".  Este proverbio le va como un guante a La novia robada del uruguayo Juan Carlos Onetti (Montevideo, 1909-Madrid, 1994), una novela breve, corta, que encierra una gran calidad en su interior. Siguiendo con Gracián a este cuento largo o breve novela cabe aplicarle también la frase de su Oráculo manual, "Mejor intensión, que extensión". Pues así es, claro que sí.
La novia robada (1968) es una muestra perfecta de realismo mágico de la literatura sudamericana, si bien, y según dicen todos los expertos en su Obra, Onetti se sitúa en una zona marginal del mismo con un estilo más existencialista, más pesimista. Así es en este cuento o, por su densidad, novela corta, en el que un narrador colectivo en primera persona —los viejos, que habitualmente se reúnen en el entorno del Hotel Plaza de Santa María, territorio mítico creado por Onetti ya en sus primeras novelas de los años cuarenta del siglo pasado—, cuenta la historia (real, irreal, pasada, futura, intemporal) de Moncha Insaurralde. Algunos personajes habitantes de Santa María, espacio aparecido por vez primera en su novela "La vida breve" (1950), son citados o tienen protagonismo en La novia robada. Están Brausen, una especie de Dios creador, alter ego del propio autor, que es quien en esa primera novela inventó dentro de la trama novelística la ciudad ficticia de Santa María y los personajes que en ella habitan. De éstos, como digo, en La novia robada aparece específicamente uno, el doctor Díaz Grey. Es este doctor quien a la protagonista Moncha Insaurralde, retornada desde París, a su pregunta de  «me voy a casar o me voy a morir» respondió con un inequívoco «Usted se va a casar», frase que ella completó, también de modo irrefutable con un «Y me voy a morir».
Estas dos frases son las que marcan la historia. Una historia surreal, que abandona las coordenadas espacio-temporales que conocemos para llevarnos a una zona incierta (Santa María) en un tiempo más incierto todavía: 
«El inevitable Díaz Grey trató de recordarla, algunos años atrás, cuando la huida de Santa María, del falansterio, cuando ella creyó que Europa garantizaba, por lo menos, un cambio de piel.». 
Por si lo anterior fuera poco, los mismos actores se cuestionan a sí mismos, perciben su irrealidad. Moncha Insaurralde, cuando Díaz Grey afirma no ver en ella síntomas de enfermedad alguna, le dice:
«No sé por qué vine a visitarlo. Si estuviera enferma hubiera ido a ver a un médico de verdad. Perdóneme, Pero algún día sabrá que usted es más que eso
Este es el ámbito en que se mueve el relato: la irrealidad, la evanescencia, lo surreal, la magia, lo inexplicable... 
Moncha Insaurralde retornada a Santa María se encerrará tras los muros de su casa y no será vista por nadie. Ella aspira a casarse por la iglesia con Marcos Bergner, vividor y borracho. Los casará el cura Bergner en la Catedral. Sólo hay un problema que comunica al lector el narrador colectivo: hace años que ambos Bergner desaparecieron de este mundo. No sabemos si Moncha también está desaparecida, pues nadie la ha visto desde su regreso (a la consulta con Díaz Grey acudió aprovechando la solitaria hora de la siesta). Lo único que sí se conoce es el vestido de novia que durante años estuvo confeccionando. Hay quienes dicen haberla visto vestida con él esperando en el Hotel Plaza a su enamorado Bergner; otros afirman haberla visto paseando a bordo de un lujoso, pero ruinoso coche.... Todo se confunde en la neblina que cubre Santa María que hace imposible calcular los tiempos, las realidades, los sucedidos. Además la memoria de los viejos, ya se sabe, es caprichosa y volátil, sobre todo volátil.  
Realismo mágico latinoamericano, Literatura uruguayaLa lectura de La novia robada ha despertado en mí el interés por Juan Carlos Onetti, un autor del que tan sólo había leído, ¡hace ya muchos años!,  su novelita titulada Los adioses del año 1954 y de la que apenas si recordaba algo. La novia robada ha reavivado en mí el recuerdo de esa ciudad mítica creada por el autor, que ya aparecía en Los adioses. Es por ello que ahora quiero leer alguna de sus principales novelas, cuyos títulos y asuntos conozco, pero que en verdad a día de hoy aún no he leído: La vida breve (1950), El astillero (1961) o Juantacadáveres (1964). Espero entender mejor así el mundo creado por este uruguayo en torno a Santa María.Juan Carlos Onetti: novia robada

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